Tres encapuchados de ETA irrumpieron ayer en la campaña electoral para negar, en una entrevista recogida por la televisión vasca (ETB), que la banda esté "en un alto el fuego táctico". Y mucho menos a cambio del plan de referendo propuesto por el lendakari, Juan José Ibarretxe, como el Gobierno del PP lleva varios días proclamando. Todo lo contrario: los terroristas descalifican el proyecto del lendakari afirmando que no es más que "un nuevo pacto de integración en España", aunque su confusa y cínica retórica habitual les lleve a afirmar que cualquier consulta popular les causa "alegría".

ETA dejó claro ayer que mantiene sus amenazas. Aunque se puede intuir de sus afirmaciones que los éxitos policiales propiciados por la colaboración francesa han llevado a la banda a una situación de debilidad. Por si quedaba alguna duda, los terroristas confirmaron la confluencia de métodos y objetivos con Batasuna y las organizaciones que la han sucedido al pedir en los próximos comicios el voto nulo que propugna la plataforma AuB.

Y su postura, de nuevo, sirve para recordar las diferencias entre las maniobras de los asesinos y la apuesta democrática del PNV, por discutible que ésta sea.