XVxarios son los datos que evidencian un enfriamiento de la idea europea; por un lado, la división existente entre alguno de los países miembros, mientras unos defienden la libre circulación de mercados y capitales, otros en cambio, amparados en el viejo modelo del proteccionismo, emplean todo tipo de trabas al objeto de obstaculizar el control externo de algunas de sus empresas energéticas.

El marco presupuestario recientemente aprobado para los próximos siete años, puso de manifiesto el desinterés y la insolidaridad hacia el relanzamiento de las economías de los diez países que se incorporaron como nuevos socios. España pasó de ser uno de los países que más fondos percibía, a convertirse prácticamente en contribuyente neto. La paralización del tratado constitucional, derivada del fracaso de la Constitución europea en algunos países donde fue votada, supuso una ralentización, cuando no, un paso atrás, sobre las aspiraciones europeístas, produciéndose un punto muerto, un periodo de indefinición del que todavía no se sabe como salir.

Los británicos pretenden dar una vuelta más de tuerca, lanzando la propuesta de revisar.

La Política Agraria Común en el año 2009, en lugar del 2013 como estaba previsto; de llevarse a efecto este adelanto, el sector agrícola español resultaría muy perjudicado, ya que somos un país que se está beneficiando mucho de estas ayudas; esto, unido a la reforma de algunas OCM como son el caso de las frutas y hortalizas, puede tener unas repercusiones negativas sobre el sector agrario en general y sobre el extremeño en particular, con el tomate y el vino por medio.

Europa tiene una enorme dependencia del exterior en materia energética, por lo que los altos precios del petróleo repercuten negativamente sobre su economía, los países considerados locomotoras de Europa están sometidos a una crisis de crecimiento cuyas mayores consecuencias se están evidenciando en una merma de las políticas sociales, una escasa reducción del desempleo, lo que les impulsa a una flexibilización laboral que ha provocado revueltas estudiantiles que reivindican la continuidad de un Estado de bienestar cada vez más inaccesible; a lo que hay que añadir las actitudes antisociales provocadas por grupos de jóvenes inmigrantes durante el pasado invierno. Europa soporta unos modelos económicos tradicionales. Tratando de modernizar la economía y dar un impulso al crecimiento, se ha reunido en Bruselas el Consejo Europeo a finales del pasado marzo, con el objeto de mejorar la productividad, la innovación, la investigación, el desarrollo sostenible, la creación de empleo, el apoyo a las empresas, buscando alternativas al tema de la energía, creando redes de interconexión y una política energética común, capaz de resolver la dependencia de terceros países, adaptar las enseñanzas universitarias a las necesidades reales. En este tipo de cumbres, se produce un uso abusivo de la retórica y de las palabras vacías y son pocas las concreciones que de verdad prosperan, como lo demuestra la Agenda de Lisboa en la que tras unos concienzudos análisis, las conclusiones suelen resultar papel mojado, una burocracia estéril que elabora propuestas que escasamente se suelen cumplir, pues cada gobernante está pendiente de dar respuestas a las cuestiones internas, más que de defender una idea global. Otro de los problemas que tiene planteado Europa, es el de los flujos migratorios incontrolados, la inexistencia de leyes al efecto o la falta de voluntad política para aplicarlas, ocasionan la torpe visión de un territorio que ve como se vulneran sistemáticamente sus fronteras, y lo peor, el asentamiento masivo de inmigrantes a los que Europa no va a ser incapaz de asimilar. Existe, por el contrario una baja tasa de natalidad y una pirámide de población muy envejecida. La guerra de Irak supuso una importante brecha abierta, una divergencia en el ámbito interno europeo, mientras unos países apoyaron abiertamente la política belicista de Estados Unidos, otros se manifestaron contrarios a ella.

Existe una falta de liderazgo en lo político y en lo económico, una potencia encargada de dar un nuevo impulso a las políticas comunitarias, promover una serie de fórmulas encaminadas al fortalecimiento de las instituciones, para lograr que acabe de una vez y para siempre esta crisis que tiene paralizada a la Unión Europea.

*Profesor