La consejera de Educación, Eva María Pérez, difundió ayer datos sobre los porcentajes de alumnos que terminan la enseñanza obligatoria y su evolución en los últimos años. Según esos datos, la región ha mejorado sus tasas de éxito escolar hasta superar las del conjunto del país. Pérez afirma que en estos momentos más del 72% de los jóvenes extremeños se gradúan en la ESO mientras que la media nacional está situada un punto por debajo. La consejera asegura también que Extremadura es la región que mejor evolución ha tenido desde el curso 1999-2000 y que, en razón de estos progresos, la región no se plantea ya su homologación con las tasas de éxito escolar nacional sino con la media europea.

Este objetivo, sin embargo, no casa bien con su rechazo a que Extremadura sea una de las regiones integradas en el informe PISA, el estudio, auspiciado por la OCDE, de mayor prestigio internacional y cuyas conclusiones acerca de la preparación de los alumnos de Secundaria de más de 40 países sobre las materias básicas marca la pauta de lo que es y no es una educación de calidad. Afirmar que Extremadura no se somete al escrutinio de quienes elaboran el informe PISA porque no va a aportar datos distintos de los que ya se extraen en los estudios internos no es congruente con la aspiración de que la educación extremeña se homologue con la existente en Europa, porque sería PISA uno de los mejores instrumentos --un instrumento, además, externo y de prestigio; es decir, incontestable-- para que internacionalmente se puedan visualizar los avances educativos extremeños.