TTtardará en diluirse el recuerdo de ese juego inventado en Acapulco, Méjico, en 1960, y anunciado así por este diario: "El buque de World Pádel Tour desembarca en la Plaza". El estadio desafiaba en altura a los monumentos de la vieja ciudad y engullía, arrogante, a su ágora mayor. Al fondo, en clamorosa distancia de siglos, vimos la insólita y brutal colisión entre aquél y las moles de Bujaco, Moctezuma, Obispado y los Púlpitos, testigos de rancias historias y pasadas épicas, que ahora daban paso a dicho evento "galáctico".

En una plaza (donde se vendió trigo y cebada, y hubo corridas de toros y juegos de cañas, juras de banderas y misas de campañas), se levantaría una colosal tramoya que escenificó un torneo de pádel entre "soldados", de camiseta y calzona, pues en la antigua villa ya no quedan fraguas que fundieran corazas de guerra. En este marco incomparable, de alta esgrima y competición deportiva, hasta las "voces" de los templos se unieron al chasquido de las palas y las bolas, que blandían los jugadores.

Cáceres ha agradecido mucho este impacto mediático al país y al mundo, mientras revertía en dividendos para una hostelería sin vacas gordas. Un orgullo más para la antigua villa, cuya autoestima hay que sostener, pues la Unesco evaluará este año el estado de conservación de su Ciudad Monumental. Ha habido otros sucesos y noticias, pero destaco una, aunque sin el glamour de la anterior, pero muy aplaudida, ya que el Ayuntamiento aprobó la salida a concurso de cuatro nuevos kioscos. No se trata de poner cuatro farolas en una plaza, sino de abrir cuatro ventanas al mundo, a las que nos invitará a asomarnos el quiosquero, ese amable guardagujas, que mira con simpatía los juegos infantiles.

Y, sobre todo, ¡cuatro puestos de trabajo! Eso que, según Shakespeare , nos alivia el dolor, y, según Baudelaire , lo que nos libra, junto a placer, del implacable paso del tiempo. Mientras, el país contempla el desgarro de Siria, es menor su tranquilidad ante el regreso de ETA, y vive perplejidades y esperanzas entre la incógnita del déficit, el aborto discutido, las autonomías sin acuerdos, el yate del Rey buscando puerto final y esa danza de presidentes, que cual incómodos "jarrones chinos", no se resisten a estar en la penumbra... Pero Cánovas tendrá un carril bici y el verano ya está ahí...