La dramática imagen del atleta arubense Jonathan Busby en los Mundiales de Atletismo de Doha, más que una actitud de orgullo es una muestra de irresponsabilidad por parte de la organización del evento deportivo. No logro entender cómo los jueces de atletismo permiten continuar en la carrera a atletas que en plena competición dan muestra de estar muy cansados y sin fuerzas para acabar la prueba. En ocasiones, la angustia y el padecimiento del deportista es tan intenso que al quedarse sin fuerzas puede acabar desplomándose y sufrir una parada cardiorrespiratoria que le puede provocar la muerte. Por favor, como muestra de humanidad, paren a los corredores que por su estado físico se aprecia claramente que no pueden finalizar la competición en condiciones óptimas. Considero que en los casos en los que el atleta llega exhausto y tambaleándose, la organización de la competición debería intervenir inmediatamente impidiendo que el corredor continúe en la carrera para evitar que se produzca un fatal desenlace.