Médico

El título de este artículo no es ni mucho menos un capítulo del programa televisivo Expediente X. Es, sin más, un pequeño viaje de unos kilómetros por la antigua carretera CC-520, conocida como de Medellín, Miajadas o ´Las Torres´.

Esta, en otro tiempo pasado, tuvo sus problemas: mal firme, estrecha, chabolismo y basureros en la zona de La Alberca; pero hoy, habiendo desaparecido algunos tras su reforma en los últimos años, presenta otros agudizados en todo lo referente al medioambiente, que llama la atención a cualquier persona que transite por dicha vía.

Salimos por Charca Musia y, ya en el primer kilómetro, una arboleda sustituye al Carrucho, y en la misma entrada, donde El Arroyano anuncia sus productos, una nueva escombrera deleita la vista. En la parte posterior de la arboleda, los depósitos de gas sueltan sus vapores ocasionalmente. Si en otro tiempo una cantera se inició en la parte alta de la Sierra de la Mosca y tras algunas denuncias se paró, hoy, a la altura de la gasolinera, se detecta un auténtico atentado ecológico a la sierra.

Una cantera de áridos, se supone que con todos los beneplácitos legales, se come el pulmón verde de la ciudad, además de la emisión de polvo, humos propios y de la carbonera también en explotación, cuando no la salida de camiones a dicha vía con el consiguiente peligro para la circulación.

No para ahí la cosa, y llegando a la peligrosa rasante, salida hacía el Portanchito, dirigimos nuestra mirada a la derecha y observamos cómo una nueva explotación de áridos, con entrada por la N-630, a la altura del Pradillo, está haciendo estragos en la cota 492 de La Alberca, que de seguir a ese ritmo, en unos meses podemos ver convertida en una extensa llanura lunar. Avanzando unos kilómetros y en contraste observamos la ladera del Risco, con monte bajo y dehesa, a pesar de haber sufrido año atrás año un voraz incendio.

Llegados al kilómetro 10 y desde el alto del denominado puerto de la Señorina, nos introducimos durante un kilómetro en término de Sierra de Fuentes, para pasar de nuevo al término de Cáceres, donde desde hace años proliferan viviendas a ambos lados de la carretera. Podemos extender nuestra vista allá a lo lejos, y divisar hasta la sierra de Montánchez, balcón de Extremadura y una parte de los Llanos de Cáceres, que como reza en algunos carteles, es zona de especial protección de aves (ZEPA).

Recuerdo cómo hace unos años, en una parcelación de la finca El Collado , se instaló un desguace de coches que pronto fue retirado. Hoy la parcelación esta siendo continua, con construcciones y perforaciones del subsuelo, hasta llegar al chozo del Tío Manojo, que en otros tiempos servía de descanso a los trashumantes que usaban la vía pecuaria, después como club nocturno y hoy sólo válido para anunciar en algunas de sus paredes en pie un no a la guerra .

Creo que, tras este breve recorrido, y a sabiendas que en algunos casos ya han sido denunciadas, es obligado insistir en el deterioro que está sufriendo el entorno, y nuestras autoridades municipales y autonómicas deben tomar cartas en el asunto.