Tras el reciente examen de Bruselas a España y Eslovenia, los dos países no intervenidos de la UE con peligrosos desequilibrios, la madrastra sigue insaciable, al menos para con los españolitos, si bien está dispuesta a admitir el esfuerzo y "la respuesta política integral", que es como decir que vale, pero que más. Así que los expertos afirman que, pese a haberles hecho caso en todo, seguimos con un paro de bigotes y que les hagamos caso todavía más.

Con ese lenguaje eufemístico que desentrañan ya hasta los niños de teta, añaden que más consolidación fiscal y más sendero reformista. Y aún sabiendo --supongo--, porque lo sé hasta yo, que para que aumente el empleo tiene que haber crecimiento económico y eso es metafísicamente imposible en un país, muy creyente en los milagros, sí, pero asfixiado con impuestos y recortes derivados del ajuste brutal en el déficit público, se escandalizan por el paro escandaloso. Yo, que soy una ignorante, estimo que el empleo crece gracias a la iniciativa, imaginación y riesgo de los grandes, pequeños y medianos empresarios, que tras tres tristes años están cada vez más asfixiados y sin crédito. No creo que una reforma laboral tras otra genere empleo. Y en mi humildad constato con sorpresa que coincido con algunos importantes economistas.

Pues bien, ahora a los expertos europeos se les ha ocurrido que España ensaye lo que no existe en país europeo alguno; un tipo de contrato único que hará desaparecer las rigideces del mercado de trabajo y los agravios entre indefinidos y temporales. Por tratarse de candidato oficial a País Desprestigiado del Año, nuestra patria es sujeto idóneo para constituirse en Conejillo de Indias atribulado, aunque apeste cada vez más a precariedad. Rajoy, de momento ha dicho que no. Yo, querido lector, no me fío.

Y al leer que otro grupo de expertos, estos de la ONU, aconsejan comer insectos porque son nutritivos y están de rechupete, he dado en la manía de no dormir por no soñar en un futuro próximo, cuando la mitad de los batuecos estemos comiendo langostos. Y la otra mitad escarabajos.