El deporte de masas en Extremadura parece perder fuelle en lo que a la élite se refiere. Tal es así que el Cáceres CB ha iniciado su particular cuenta atrás hacia el descenso de categoría tras perder el sábado en Valladolid ante el Fórum, uno de los conjuntos con los que tendrá que pugnar por la permanencia. Mientras tanto, el CD Badajoz, máximo representante extremeño en las ligas de fútbol, toma irremisiblemente el mismo sendero hacia la debacle y se hunde más en la tabla clasificatoria. Estos dos ejemplos son el contrapunto a varios años de éxitos deportivos a cargo de los tres equipos extremeños que han pisado el césped de Primera División, como el Mérida, Extremadura y Badajoz; o han jugado en parqué de la ACB durante más de una década, como el Cáceres. A falta de concretarse este fracaso, que sólo se podría eludir por esas remotas carambolas que sólo se dan en el deporte, es hora de analizar qué es lo que se ha hecho y qué se ha dejado de hacer para llegar a esta situación. Habrá que preguntarse por qué en los últimos años la presencia de aficionados ha disminuido considerablemente, por qué no fructificaron los proyectos de los presidentes, por qué la falta de patrocinadores... Sólo si se hallan las respuestas a tantas incógnitas se podrá aspirar de nuevo a ocupar un sitio entre los mejores.