Un total de 133 personas murieron en las carreteras extremeñas en los 111 accidentes ocurridos a lo largo del 2003, según el balance realizado por la Dirección General de Tráfico. Los datos reflejan un incremento de víctimas con respecto al año anterior, pese a que el número de accidentes se ha reducido sensiblemente. La N-V se cobró ayer una nueva vida en una colisión ocurrida en Trujillo, por lo que la campaña de Navidad de Tráfico no parece que vaya a dar muchas alegrías.

Los datos coinciden en el tiempo con la puesta en marcha de unas nuevas normas de tráfico que han generado cierta confusión entre los conductores. Las campañas de información se han mostrado insuficientes, por lo que la Administración deberá hacer un sobreesfuerzo para hacer llegar los cambios a los usuarios. El trágico tributo que las carreteras dejan cada año obliga a extender aún más las campañas de sensibilización a todos los sectores de la sociedad, pero también a adecuar perfectamente unas vías que no siempre cumplen los requisitos de seguridad más básicos. La prudencia del conductor, principio básico de la prevención, siempre debe ir acompañado por una diligente actuación en materia de adecuación y conservación de las carreteras.