Hace unos días, por correo electrónico, Rodríguez Ibarra me manifestó su negativa a debatir conmigo en la televisión extremeña las repercusiones que la reforma del Estatuto de Cataluña tiene sobre Extremadura. La respuesta del presidente de la Junta está llena de juicios de valor, de acritud, crispación y denota un nerviosismo y precipitación que no se corresponde con mi pretensión de querer que los extremeños puedan enterarse, por fin, quien tiene razón, si Ibarra, que afirma que los nacionalistas han perdido o yo, que mantengo que han ganado y que esa ganancia nos afecta a todos los extremeños. ¡Pues claro que se puede debatir en la Asamblea y yo no me he negado nunca a hacerlo, pero la Asamblea no facilita mi pretensión de que Extremadura vea y juzgue! Ni el horario, ni los corsés interpuestos, facilitan el debate, el cara a cara, sosegado y sereno, donde Ibarra pueda explicar a Extremadura, directamente y sin intermediarios, qué es lo que defiende y por qué lo defiende. Y por mi parte lo mismo. Yo tengo datos concretos que demuestran, inequívocamente, que Extremadura sale perjudicada con la aprobación del Estatut de Cataluña y la mejor manera de clarificarlo es el debate en la televisión extremeña en la que, por cierto, hasta ahora sólo se ha abierto para que hable Ibarra. Salvo el temor a que se sepa la verdad, no encuentro otras razones para su negativa. La opinión pública extremeña conoce nuestras divergencias sobre las consecuencias del Estatut y mi propósito es debatir sobre los aspectos que más repercusiones tiene sobre Extremadura.

Sé que lo tengo fácil, porque también sé que Rodríguez Ibarra tiene los mismos datos que yo y, lo sume quien lo sume, dos y dos siempre serán cuatro. Por el contrario, el presidente de la Junta lo tiene difícil, porque después de tanto hablar en solitario, el debate aclarará sus contradicciones y las de los cinco diputados socialistas que han votado, con conocimiento de causa, contra los intereses de Extremadura. Se ha demostrado que ellos, como Ibarra, entre el Partido y Extremadura, a la hora de la verdad, siempre se posicionan, a favor del Partido.

XSIEMPRE HEx apostado por debatir en el Parlamento, porque creo en el parlamentarismo y respeto al legislativo extremeño, al que, por cierto, ningunea el portavoz socialista, empeñado en explicarnos a todos que la Asamblea tiene menos importancia que Ibarra o su gobierno. ¿Debates en la Asamblea? Cuantos quiera, pero ¿qué problema hay para que, además, podamos debatir en la televisión frente a toda Extremadura? ¿La Asamblea y la televisión extremeña son incompatibles? Ibarra sólo quiere debatir ante los suyos y yo lo acepto y pido que también lo hagamos delante de Extremadura y que la televisión extremeña tenga una dimensión distinta a la voz de su amo ¿No está nuestra realidad afectada por un cambio como el que Ibarra justifica y apoya? Ibarra dice que no, incluso que se ha ganado la batalla a los nacionalistas. Yo digo que sí, que hemos perdido como españoles y como extremeños ¿Quién dice la verdad? Yo quiero que se sepa y que Extremadura saque sus conclusiones.

¿No va a quedar nuestro país afectado porque una nación, España, ahora contenga otra nación, que es Cataluña? Si no tiene importancia el Preámbulo y la redacción ¿por qué se ha incluido? ¿Si Cataluña se considera que es una nación, qué va a ser el País Vasco o Galicia, que ya están llamando a la puerta? Ibarra mantiene que eso no tiene importancia y yo creo que mucha. ¿Por qué no se lo decimos a los extremeños y dejamos que sean ellos los que saquen sus conclusiones?

¿No va a quedar Extremadura afectada, porque la aprobación del Estatuto suponga que la inversión extremeña recaude 306 millones de euros y Cataluña 3.600 euros? Ensanchando las diferencias no se vertebra España y las CCAA menos desarrolladas quedarán aún más descolgadas. Yo afirmo que con el Estatut se rompe el equilibrio y el principio de solidaridad, pero Ibarra tiene otro criterio ¿por qué no lo confrontamos? ¿A qué tiene miedo Ibarra?

El presidente del Gobierno no quiere convocar un referéndum sobre algo que nos afecta a todos e Ibarra no quiere debatirlo de forma que lleguen nuestras posiciones clara y nítidamente a todos los involucrados. El PSOE no quiere que los ciudadanos se pronuncien, ni que se enteren de lo que se cuece en los fogones del poder.

Así es que, para concluir, debates en la Asamblea y en la televisión y que los epígonos de poder dejen descansar el sahumerio para ocasiones en las que Extremadura no salga tan perjudicada.

*Presidente del Partido Popularde Extremadura