Esta primavera cuando subía por unas de las carreteras de Sierra de Gata, de Torre a Gata, buscando las violetas amarillas florecidas, veo que ya no existen, han desaparecido porque las cunetas y una franja de más de un metro han sido tratadas con herbicidas. Pero al pasar por la carretera de las Hurdes-Batuecas veo que también han desaparecido las jaras blancas. Lo mismo ha ocurrido con las tres especies de amapolas del tramo de Moraleja a Coria. Y observo que todas las carreteras locales, comarcales y nacionales están tratadas con herbicidas, en la mayoría de los márgenes dos metros de ancho. ¿Qué está pasando en Extremadura? ¿Es que la única manera de limpiar los márgenes de nuestras carreteras es echar herbicidas y eliminar todo rastro vegetal? Cuando un ciudadano recolecta una especie escasa, amenazada o protegida puede ser sancionado según la legislación vigente de cada comunidad autónoma, pero la Administración ya sea la Diputación de Cáceres o el Servicio de Carretera de la Junta de Extremadura barren del mapa todas las especies vegetales refugiadas en los márgenes de nuestra red de carreteras, y no pasa absolutamente nada. Si echamos números, de los más de 8.000 km que existen de carreteras en Extremadura, a 4 metros cuadrados nos sale la friolera de más de 3.200 has, que potencialmente son reservas botánicas. Y más si tenemos en cuenta las zonas de montaña, donde se observan endemismos botánicos de todas las especies raras. La asociación VETTONIA, quiere denunciar esta política de carácter eminentemente herbicida. Estas actuaciones ni sirven para limpiar las cunetas ni para la luchar contra los incendios forestales. Solamente sirven para contaminar las charcas y regatos, y para extinguir la gran reserva botánica que se refugia en todos los márgenes de las carreteras de Extremadura.

Agustín Iglesias Pérez **

Presidente de VETTONI