WEw l pasado congreso regional de CCOO puso sobre la mesa un asunto que bien merece un debate: el de la organización territorial de Extremadura. El sindicato hizo una propuesta radical: hacer que la región se estructure administrativamente como si fuera una sola provincia. Esta idea, llevada a sus últimas consecuencias, significaría suprimir las diputaciones y hacer que sus competencias se distribuyeran entre la Junta y las nuevas instituciones nacidas de una estructura comarcal nueva.

No es la única aportación a este debate que, por otro lado, tampoco es nuevo: la Uex, la Junta, y los partidos políticos vienen desde hace años avanzando ideas, unas en la dirección de la provincia única; otras en sentido contrario.

El hecho de que no se trate de una discusión nueva sino sostenida es prueba de su importancia. Este periódico ha querido, con la información que se recoge en las páginas de este ejemplar, contribuir a ponerlo en la agenda de la actualidad y, al mismo tiempo, dar cuenta de que la necesidad de establecer nuevas estructuras administrativas no es privativa de esta región: los ejemplos de Aragón y Cataluña, también aquí recogidos, lo demuestran. De lo que se trata, por tanto, es de buscar un mejor equilibrio en una tierra tan grande, tan poco poblada, con tanta dispersión demográfica y, como ya informaba días atrás este periódico, con la espada del envejecimiento poblacional en la mitad de las comarcas. Una empresa compleja e importante.