WEw spaña es el país que fabrica más coches de marca extranjera después de China. Es un mérito indudable, porque quienes han elegido nuestro país para instalar sus plantas más rentables en Europa, sea para fabricar utilitarios de gran demanda popular o vehículos de gama superior que mantienen altos índices de calidad en su fabricación, lo hacen tras comprobar que todo el proceso industrial y de servicios añadidos que lo hacen posible supera los índices de máxima exigencia que establecen los cuarteles centrales de los fabricantes, con sede en Estados Unidos, Japón, Alemania o Francia. Estos países están padeciendo la crisis de ventas en sus propios mercados, y no han tardado en plantearse por dónde han de recortar gastos, empezando, previsiblemente, por allí donde han hecho inversiones en el periodo de expansión. Este es el contexto en el que hay que contemplar el alto riesgo que amenaza a todas las fábricas de automóviles españolas y a sus proveedores, y también, las respuestas que se han dado. El Gobierno aprobó el viernes el proyecto del Ministerio de Industria de aportar 800 millones para apoyar un sinfín de proyectos del sector de la automoción --lo que indica que hay ganas de seguir en la brecha-- para ayudar a que se mejore la competitividad. Se los repartirán entre fabricantes y proveedores. Si se suma a las ayudas que están aprobando, deprisa y corriendo, las autonomías donde se asientan estas fábricas, el sector de la automoción no puede decir que está desatendido.