EEUU ha decidido retirar sus tropas de las bases de Arabia Saudí, país que ya no ha cooperado con Washington en la invasión de Irak como lo hizo en la guerra del Golfo. El rey de Arabia Saudí Fahd ben Abdelaziz (Riad, 1920) y el príncipe heredero Abdalá ben Abdelaziz (Riad, 1924), son hijos del rey Saud, pero de distinta madre, circunstancia nada inusual, porque el fundador del país tuvo más de 20 esposas y más de 40 vástagos reconocidos. Con el monarca Fahd cada vez más de figura decorativa a causa de su mala salud, el proamericanismo saudí ha cedido terreno al panarabismo de Abdalá, quien hace un año visitó a Bush y le pidió que moderara el apoyo a Israel o peligrarían los intereses de Estados Unidos en Oriente Próximo.

Fahd reina desde 1982, rodeado de un lujo cuyo pálido reflejo se ha hecho notar en sus estancias veraniegas en Marbella, en donde posee un palacio de incalculable valor. Es conocida su afición al juego y al dinero fácil. Abdalá, en cambio, es relativamente austero, menos mundano y mucho más religioso. Ha destacado, además, como valedor de Siria y de la causa palestina. Y pese a su tartamudez, no se cortó al replicar a Gadafi, cuando éste le acusó en marzo de dar acogida a soldados de Estados Unidos. "Arabia Saudí --dijo Abdalá-- no es un agente del imperialismo como sí lo sois tú y otros. ¿Quién si no te llevó al poder?".