TDtecir que si el Gobierno se ha reunido y ha negociado con ETA como no lo va a hacer con el lehendakari es un argumento falaz. Pero desde hace tiempo Ibarretxe se dirige al pueblo vasco con una mezcla de falacias y victimismo para defender lo indefendible: la ilegalidad.

Con la utilización de las reuniones con ETA en su discurso está dando la razón a los que aseguraban que se sentía frustrado y marginado por el Gobierno de Zapatero en el intento de lograr la paz y que, defenestrado Imaz , retoma impulso para volver al protagonismo. Visto lo visto su actitud es una mala noticia. No porque, como dice el PP su propuesta (ilegal) de referéndum sea el mayor desafío al Estado desde el 23-F, sino por la capacidad que determinados argumentos de agravios desde Madrid tienen de calar en una parte de la opinión pública.

Y esa es otra parte a destacar de la falacia de sus palabras. Se refiere siempre a los ciudadanos de Euskadi como si todos compartieran sus argumentos y sus sueños soberanistas. Se olvida que hay una mitad de la sociedad vasca que vive amenazada precisamente por no aceptar sus doctrinas y que, como presidente de todos, debería sentir que su principal deber es el que no haya vascos en el punto de mira de las pistolas.

Así que vayamos por partes. Lo primero que debe hacer, en lugar de quejarse tanto y sentirse tan perseguido y ninguneado, es lograr la unanimidad dentro de su propio partido. Ha conseguido quitarse a Imaz de en medio pero ¿Qué va a hacer con el resto? ¿Qué va a hacer con el alcalde de Bilbao, Azkuna , a quien tampoco le gusta su plan? Lo segundo es negociar y tratar de convencer a los vascos no nacionalistas de que se olviden de las amenazas de ETA, no le den tanta importancia al hecho de tener que llevar escoltas y apoyen su derecho a decidir, porque luego la banda va a entrar en razón y va a dejar las armas.

Y tercero venir a Madrid, en ausencia de violencia, con el respaldo de su partido y de todos los partidos vascos con una propuesta de reforma del Estatuto de Guernica. Lo demás es palabrería. Pero como el discurso victimista es muy eficiente y cala como la lluvia fina, más les vale al Gobierno y al PSOE preparar un discurso inteligente y contundente para contrarrestar. Porque Ibarretxe va a seguir raca, raca hasta junio y tras su encuentro con Zapatero el próximo día 16 va a ser peor.