El presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, originó ayer un fenomenal revuelo en Andalucía al manifestar en Sevilla el interés de su gobierno de recurrir ante el Constitucional el artículo 51 del nuevo Estatuto andaluz, que habla de que Andalucía ostenta "competencias exclusivas sobre las aguas de la cuenca del Guadalquivir que transcurran por su territorio". Ya en noviembre Ibarra anunció que recurriría la norma si no cambiaba su redacción respecto del Guadalquivir y del flamenco. Andalucía rectificó, redactando de nuevo el artículo 51. El Estatuto andaluz se aprobó el pasado domingo sin modificaciones respecto al flamenco (como se recordará, Andalucía también se arroga competencias exclusivas en su artículo 68), y al artículo 51 se ha añadido la idea de que solo tendrá competencias sobre las aguas de su territorio y también con la mención de que las competencias exclusivas se asumen "sin perjuicio (...) de lo previsto en el artículo 149.1.22 de la Constitución Española". La referencia a ese artículo es importante porque establece como competencia exclusiva del Estado, entre otras, "los aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una comunidad autónoma..." Es decir, el artículo 51 del nuevo Estatuto andaluz contiene en su propio texto el reconocimiento de que no tiene competencias sobre el Guadalquivir, porque son del Estado en tanto río que transcurre por varias comunidades. Según esto no debería haber caso, porque, como afirma el propio Ibarra, el Estatuto recoge sobre ese río una "falsa competencia", ante lo cual surgen dos preguntas: ¿para qué, entonces, ese recurso? y ¿por qué no recurre Extremadura el del flamenco?