El anuncio que hizo el viernes el concejal de Foro Ciudadano, Felipe Vela, en el sentido de que votará junto al PP los proyectos que considere "imprescindibles" para la ciudad es un respetable ejercicio de libertad... si no fuera porque el edil mantiene, al mismo tiempo que adelanta esa disposición a votar junto a la oposición, responsabilidades de gobierno. Ya ha votado Vela junto al PP la relación de obras que se acogerán a los fondos estatales extraordinarios, y ese mismo día debió de parecerle incompatible ese voto --del que nadie puede dudar en cuanto a legitimidad-- con el mantenimiento de las delegaciones de los nuevos aparcamientos y del Proyecto Intramuros.

Y es que no se puede jugar a dos barajas. Felipe Vela podría dar su voto al PP en las ocasiones que le pareciera oportuno y al PSOE cuando le resultara lo más acertado, si mantuviera con ambos partidos una equidistancia, aquí inexistente desde el punto y hora que ha aceptado formar parte del Gobierno local. Porque así debe llamarse al hecho de encabezar delegaciones municipales y gestionar fondos públicos, con independencia luego de que a su relación con el mismo se le denomine socio o ´apoyador externo´. Vela se ha comprometido con el Gobierno. Y eso debería tener un precio: el de jugar con una sola baraja.