Poco podía imaginar Félix Pastor Ridruejo (Zaragoza, 14-10-1931) que José María Aznar --el joven a quien él bendijo para que fuera elegido secretario general de AP de La Rioja, aquel 6 de octubre de 1979 en Logroño--, llegaría tan lejos (nada menos que a presidente del Gobierno) y que, tiempo después (ahora), caería tan bajo. Pastor, miembro de la ejecutiva popular, acaba de lamentarlo públicamente: "Nunca pensé que el PP pudiera ser visto como el partido de la guerra".

Debe de ser duro que este notario recriado en Soria --convaleciente de una grave enfermedad-- critique las amistades peligrosas ("Bush es un personaje lamentable en el mundo moderno") que se ha agenciado su protegido de antaño.

De su etapa de novicio jesuita, Pastor conserva cierta admiración por la Teología de la Liberación (fue compañero del padre Ellacuría, asesinado en El Salvador). De su paso universitario por París guarda un grato recuerdo del filósofo Sartre. Y de su tío Dionisio Ridruejo le queda la satisfacción de haberle visto repudiar el fascismo falangista y convertirse a la socialdemocracia.

La mayor decepción de este caballero quizá sea Mario Conde, del que fue notario y asesor, y al que convenció para que apoyara económicamente a la Coalición Popular de Fraga en 1986. Pastor Ridruejo es un pozo sin fondo.