Fin de año es buen momento para hacer balance, y pronosticar el futuro inmediato. Con más razón ahora que estrenamos gobierno y Rajoy anuncia una nueva era. Veo pocas razones para ser optimista.

Todos estamos de acuerdo en que la situación es tan mala que hacen falta medidas radicales, un cambio de rumbo. Pero temo que hemos empezado mal. El único compromiso claro que anunció en su investidura el nuevo presidente consiste en decir que el próximo lunes se actualizan todas las pensiones. Es un error grave.

En primer lugar porque añade de un plumazo tres mil millones de gasto, además de los tres mil que sube cada año la factura de la Seguridad Social. Estos son los datos: en los primeros diez meses de este año ha aumentado en 103.920 el número de pensiones contributivas. Y el importe medio de las nuevas pensiones de jubilación contributiva es de 1.209 euros, mientras que los fallecidos tenían una pensión de jubilación media de 890. Dicho de otra manera el gasto en pensiones sube cada año, aunque no se actualicen las cuantías.

En segundo lugar porque es previsible que este año las pensiones suban un 3% y los salarios bajen un 5%. Estamos llegando a un punto en que la pensión media de jubilación va a superar al salario medio. Dentro de pocos meses se llegará a la cifra de nueve millones de pensionistas (incluyendo viudedad, orfandad, etcétera). Si votan todos al mismo partido tienen asegurada la mayoría absoluta.

XES DEMAGOGIAx aludir a los pensionistas como pobres ancianos desvalidos. Cierto que las pensiones más bajas deben ser actualizadas. Pero cierto también que hay dos millones de jubilados en edad de trabajar, es decir con menos de 67 años. Policías, mineros, profesores, empleados de banca, telefónica, y muchos otros privilegiados se han enchufado felizmente a la teta de la Seguridad Social. Conozco casos sangrantes, en mi propia familia y en mi entorno más cercano: mujeres que enviudaron a los treinta años y jamás pensaron en buscar empleo, de modo que cobran pensiones de viudedad durante más de medio siglo. Matrimonios profesionales que en conjunto suman más de cuatro mil euros de pensión al mes.

Y en tercer lugar porque Rajoy ha prometido al mismo tiempo que las futuras pensiones se calcularán con arreglo a la cotización de toda la vida laboral. Es decir admite que no se puede sostener el sistema sin bajar las pensiones. ¿Por qué no ha tenido entonces la valentía de prolongar la congelación, si la gente ya se resignaba a esa situación? Lo han hecho en Italia, Grecia y Portugal.

El problema es que hacen falta muchas agallas para enfrentarse a los intereses de nueve millones de votantes. Es duro e impopular, pero yo puedo escribirlo porque no necesito que me vote nadie. Las elevadas cotizaciones a la Seguridad Social son claramente un freno a la contratación. Dicho de otra manera, millones de jóvenes no tienen empleo para que millones de ancianos cobren buenas pensiones. Rajoy lo sabe, por eso anuncia que los contratos a jóvenes de menos de 30 años que tengan su primer empleo no pagarán ni un euro de cotización el primer año. Razón de más para no subir la pensiones, porque el déficit de las cuentas de la Seguridad Social será de caballo.

Con una recesión a las puertas y el grifo del crédito cerrado no se creará empleo. No hay solidaridad entre las clases sociales ni la hay entre las generaciones. Sufrimos una gerontocracia perniciosa. Los jóvenes de 16 años no votan, pero los ancianos votan hasta el día de su muerte, aunque haga años que perdieron el interés por lo que les rodea.

A finales de los setenta me tocó vivir los años de Margaret Thatcher . Con su mentalidad de hija de tendero puso el país patas arriba. No le tembló el pulso para enfrentarse al derroche y frenar la decadencia del país. Yo trabajaba entonces en los servicios exteriores de la BBC y perdí mi empleo como millones de británicos. Subió los intereses al 16% anual, acabó de un plumazo con la inflación y con el poder sindical.

Gran Bretaña estuvo cuatro años en estado comatoso. Luego salió adelante. Temo que ahora necesitamos una medicina todavía mayor. Si la aplican, pasaremos un quinquenio doloroso. Si no la aplican, antes de un año estaremos fuera del euro y camino de la bancarrota.

En uno u otro caso no puedo desearles que el año próximo sea feliz. En el mejor de los casos podemos esperar prosperidad y alegría hacia finales del 2016. Por eso les deseo fervientemente un Feliz 2017. jesusbuenoreicaz.com