TVtamos a tener una feria de San Juan con hilo musical y todo, vecino". "¿Y con aire acondicionado?". "No creo, pero todo es posible. Badajoz se merece una feria como Dios manda y el avance del hilo musical va a hacer época". "¿Y pondrán a Chopin en versión chill-out?". Si algo tiene mi vecino de molusco y equinodermo es su facilidad para abrir la boca y soltar un chorretón de improperios. Le menciono a Chopin y me llama mortuorio . "¿Es que quieres convertir la feria en un funeral, mortuorio, que eres un mortuorio?". No sé en cuantos funerales ha estado pero yo que he asistido a muchos (cada vez a más, por desgracia y años) jamás he escuchado a Chopin. Mi intención es dotar a la feria de Badajoz de un punto de distinción (hacerla distinta) que la diferencie de otras a las que se parece. ¿Se imaginan un Real de la feria en el que al mismo tiempo suene un concierto de Chopin o Vivaldi en los caballitos, la noria o los coches chocantes? ¿Y ese deslizar de ponys al compás de una polonesa? ¿Y el subir y bajar de la escoba de la bruja al ritmo de una sonata de Haendel ? ¿Y la elegancia del tombolero bajo un bolero de Ravel o de quien sea? Faltaría ese punto de aire acondicionado pero Badajoz se teñiría de tonos vieneses y hasta los churreros entrarían en el mágico carrusel con su aportación de olores émulos de los parisinos aromas del Sena. "¡Eres mortuorio, cursi y retorcido! ¿Y las sevillanas? ¿Y los garbanzos a las cuatro de la tarde a cuarenta grados a la sombra? ¿Y lo nuestro?". Lo nuestro, ya salió. La absorción de lo ajeno pasado por nuestra termomix de cocinar aspiraciones. Eso nos lleva matando desde siempre. Si Sevilla sí en Badajoz, ¿por qué no Viena?

*Dramaturgo y director del consorcio López de Ayala