Están pasando cosas horribles, y no es que una quiera cargarse esta primavera recién estrenada, pero a la vista de lo que ocurre en el mundo no soy yo la única que se pregunta por qué seguimos pagando a unos políticos enredados en devaneos y trifulcas parlamentarias entre pavos reales, clacks de taberna y zorros agazapados esperando su momento de gloria. Seguir las crónicas parlamentarias es obligado para el que padezca de masoquismo agudo, pero si buscamos alguna respuesta, propuesta, aclaración, justificación de una actuación, o discurso medianamente bien articulado sobre la oscura situación económica, los pestíferos casos de corrupción, las sospechosas implicaciones de mandos ministeriales en sinuosas maniobras del País Vasco, el futuro energético o la participación de España en la guerra incierta, será lo mismo que si conectamos alguno de esos programas vociferantes, espeluznantes y groseros donde se televisa a diario la parada de los monstruos que tanto éxito ha obtenido en Torrente 4 . Encontraremos la nada más absoluta en repetido envoltorio de esperpento. En esas islas del doctor Moreau que proliferan ya en varias cadenas, aunque el cetro Tertulión Pestiño siga en poder de la de Berlusconi , no hallará usted pensamiento aprovechable, oración sintáctica bien construida, reflexión ponderada o discusión mesurada, es cierto, temblará con la estética chirriante y la frivolidad casposa de sus protagonistas, sí, pero al menos podrá evadirse unos segundos ante el espectáculo feísta, y como lo que ve no le interesa nada le proporcionará alivio duradero pulsar el mando y cambiar de canal. Pero la situación de su España sí le preocupa, y además es usted uno de los jefes del politiquillo encumbrado que le reduce su sueldo pero que dedica las sesiones de control que usted le paga a improvisar gracietas cínicas, eludir respuestas exigibles, esparcir la mierda y seguir, con mayor o menor ingenio trapacero, encastillado en el Y tú más . A este paso da lo mismo contemplar a Jorge Javier y a Belén Esteban que a Bono y Rubalcaba . Y a su cohorte de fans.