Ver anteanoche al madridista Fernando Hierro tirado por los suelos, tras un recorte del delantero de la Juve Del Piero, fue el símbolo de la caída del imperio merengue. Después de 14 años jugando en el Real Madrid y de haber ganado cinco Ligas y tres Copas de Europa, Fernando Ruiz Hierro (Vélez Málaga, 23-3-1968) está en el punto de mira de la crítica deportiva.

Si no hubiese fichado por la casa blanca, ¿habría llegado Hierro a ser lo que ha sido, entre otras cosas, el futbolista más internacional (88 partidos con España) detrás de Zubizarreta (129)? Seguro que no hubiese gozado tan a menudo de bula arbitral, como un día advirtieron los exárbitros García de Loza, Mayoral Cedenilla y De Sosa. Seguro que su juego aéreo (notable, con su 1,87 de estatura) no se habría apoyado tan descaradamente en los codos utilizados contra los atacantes rivales. Y, por supuesto, no hubiera intimidado con tanta impunidad a los colegiados mediante gestos y palabras.

Es indudable que Hierro se ha vaciado en el campo, pero también ha vaciado a muchos rivales. Por ejemplo, ha cosido a golpes a Rivaldo; ha insultado al "negro" portero Songo´o; ha pateado al mallorquinista Miquel Soler; ha repartido manotazos a diestro y siniestro, etcétera. El se explicó años atrás así: "No cojo el hacha, pero hay partidos que son para hombres". El abominable hombre de hierro.