El pelotazo de Eurobank del Mediterráneo, que ha dejado en la estacada a 70.000 ahorradores en España --650 en Extremadura--, ha vuelto a poner de manifiesto las imperfecciones de que adolece el sistema financiero español. Las autoridades monetarias no ejercen un control férreo sobre el destino real de los ahorros que los ciudadanos depositan en los bancos por lo que, en muchas ocasiones, cuando interviene el Banco de España a alguna entidad en crisis ya es demasiado tarde y los inversores apenas pueden recuperar una parte de su dinero a través del Fondo de Garantía de Depósitos. Para más inri , el instituto emisor, que había realizado diez inspecciones a Eurobank en los últimos ocho años, sólo intervino la entidad cuanto ésta lo pidió en julio. Con precedentes como los de Ibercorp, Gescartera y ahora Eurobank --en algunos casos auténticos chiringuitos financieros--, no cabe otra solución que reforzar las medidas preventivas legales contra este tipo de organizaciones, de tal forma que se defiendan con uñas y dientes los intereses de los ahorradores. De lo contrario, muchas entidades financieras irresponsables seguirán utilizando el dinero de sus clientes en inversiones de alto riesgo sin que éstos tengan conocimiento de ello.