THtace unos días conocí a un relevante músico cubano que vino a Cáceres a dar una serie de conferencias sobre la evolución, significado y trascendencia del bolero en Cuba. Este músico, engañoso sesentón, ya que al reparo de ojos ajenos se quedaría en los cincuenta y pocos años, se llama Rodolfo Vaillant y es compositor y, en Santiago de Cuba, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ni qué decir tiene que, como cubano clásico, es un tipo afable y simpaticón, mulato para más señas, con ese color de piel café con leche y esos rizos canosos tan típicos de los de la bemba colorá. Hablaba y hablaba Rodolfo en el Ateneo de Cáceres del bolero y de Cuba con pasión chovinista, defendiendo el origen del bolero como un asunto únicamente cubano. Es más, según Rodolfo Vaillant, entre Santiago de Cuba y La Habana suelen armar el escándalo por afianzarse la cuna del bolero.

Una vez hubo terminado nuestro conferenciante cubano su intervención, llegó el turno de las preguntas por parte de los asistentes y un servidor enseguida pidió el turno. Debo decir que siempre concebí el bolero, aun siendo muy receptivo a sus acordes, como un baile seudoburgués que me sabía a casino caciquil de los años cuarenta o a fiesta de puesta de largo de una dama de la alta sociedad de provincias. De ahí que para mí el bolero no encajase en los planes de Fidel Castro ; y por eso hice mi pregunta: "¿Qué influencia ha tenido Fidel Castro en el bolero?". Noto que Rodolfo Vaillant asume mi consulta con cierta incomodidad, como quien recibe un pellizco por sorpresa, y me contesta: "Fidel Castro no, chico, la Revolución". Luego me pone en mi sitio diciéndome que la Revolución ha fomentado el bolero en Cuba creando escuelas y asociaciones estudiosas del mismo. Pero es que a mí, después de escuchar a Carlos Puebla cantar aquello de "se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó parar", me era difícil concebir al comandante ejercitando el baile; aunque ahora, después de haber escuchado al entrañable Rodolfo Vaillant, ya puedo imaginar a Fidel bailando un bolero, pero tengo que reconocer que me es imposible imaginar con quien.

*Pintor