Escritor

Van camino de la tortura. Mis amiguitas del aguinaldo estaban muy tristes. Fueron a una casa a cantar "chiquirritín, chiquirritín, Jesusito del alma", y las echaron con frases destempladas:

--¡Fuera de aquí, que ya tenemos bastantes problemas!

Al mismo tiempo el gasto por el gasto es tan desmedido que cuando te paras con ese amigo que no veías hace dos años, te mira como si fueras una pechuga de pavo trufada:

--Te encuentras bien, le pregunto.

--Yo creo que sí, pero no lo puedo asegurar. Veo jamones, chorizos de Casa Pepe, Riberas del Duero, y no sé si esto es bueno.

--En efecto --le contesto--, vives en un síndrome distinto al de Caldera y Rajoy. Yo creo que no es muy grave, pero más que responderte a una ilusión como la que vives, lo importante es si tú la encuentras normal. Es decir, si no es un disturbio...

--Hombre, yo creo que he desviado la líbido. Donde antes veías culos de Concha Velasco, veo ahora cabeza de jabalí.

--Pues entonces no te preocupes. Sigue por ese camino. No tienes redención.

Estos son unos días raros. En el año del hambre veías un pavo y contraatacabas diciendo: veo un pavo pero no sé si lo veo. Ahora ya no ves pavos, pero ves jamones, o simplemente ves las cosas como Saponi, que tiene respuestas para todo, que entran dentro de las respuestas que da Berlusconi. Es como un panfleto que han sacado en el número 2 los del PP. Tienen tan perdido el gusto que ven cosas rarísimas donde todo es normal. Lo mismo le pasa a Floriano, porque escribir para los que ven cosas raras, no tiene objeto, salvo que lo que pretendas es que no pierdan los ánimos. Jamás ganó nada nadie con panfletos. La sociedad está perdida, pero no hasta ese extremo se pueden ver jamones en imágenes pero no en farsas.