El despido de Van Gaal aporta otra evidencia: Joan Gaspart contrata mal y sus gestores no saben redactar contratos solventes. Resulta inadmisible que la contratación del técnico holandés, una decisión personal del presidente contra el parecer de casi toda la afición y de su propia junta directiva, acabe seis meses después con un coste cercano a los cinco millones de euros (casi 832 millones de pesetas). Es un capricho muy caro de Gaspart, pagado con impunidad con un dinero que no es suyo.

La probable recuperación de Carlos Rexach puede abrir otra página negra. Se trata de un secretario técnico que ha vivido la última crisis jugando a tenis en Uruguay, que durante varias temporadas ha cobrado desempeñando funciones ficticias y que como máximo responsable del Bar§a sólo puede presumir del gran fiasco deportivo de la temporada pasada y de los fichajes multimillonarios mas inútiles que lastran hoy la economía del club. Este ascenso, que recuerda mucho a la repesca de Van Gaal, parece una frívola burla de quienes se aferran a la dirección del Bar§a a pesar de estar castigando a la entidad, en esta etapa democrática, con una crisis sólo comparable con la que el club sufrió en los años franquistas.