El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha rechazado admitir siquiera a trámite la querella por cohecho del PSOE contra los dos diputados traidores Tamayo y Sáez, su mentor Balbás, los empresarios Bravo y Vázquez, el dirigente del PP de Madrid Romero de Tejada y el abogado Verdes. El planteamiento de Zapatero en el debate del estado de la nación --"coincidencias, mentiras y silencio, igual a culpabilidad"-- no resultó contundente como recurso parlamentario y parece que es aún más insuficiente como argumento legal.

Lo inconcreto de los indicios y los defectos técnicos de la denuncia socialista quizá justifiquen, en estricto sentido jurídico, su archivo por el tribunal. Pero la inadmisión de esta iniciativa no debe servir de ningún modo de excusa para que el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, siga sin actuar y pueda retirar incluso la autorización que dio a regañadientes para que la fiscalía anticorrupción investigue el caso. Las coincidencias, las mentiras y el silencio del golpe de Madrid, como bien dice el voto particular de uno de los magistrados, son motivos más que suficientes para que se indaguen los favores ocultos que hay tras una maniobra que atenta contra la esencia misma de la democracia.