TZtapatero y su Gobierno tienen que aprender todavía a ser, además de aparentar, un Ejecutivo fuerte, del que no se ría nadie, empezando por el Rey de Marruecos. Su comportamiento en el gravísimo problema del Sáhara Occidental deja todo que desear en ese sentido. El colmo ha sido ya con la detención de los tres periodistas de la cadena SER, hecho que, cuando escribo esta columna, todavía no ha sido enérgicamente condenado desde el Gobierno, que apenas ha hecho otra cosa que pedir que se respeten los derechos humanos. Faltaría más. Nadie dice que los intereses de España en y con Marruecos no sean importantes, ni que la prudencia deje de ser una forma civilizada de conducta. Pero lo que no se puede entender es la flojera permanente ante los atropellos del poder marroquí, que hace 35 años se apoderó de lo que no era suyo, aprovechando aquellos momentos de vacío en que el dictador Franco se moría. A nuestro Gobierno no le iba a suceder nada grave si pusiera a Marruecos en su sitio.

Lo que pasa se llama flojera o falta de determinación. Es lo mismo que les pasa con las bravuconadas del PP y del expresidente Aznar . Nunca hay una voz en el Gobierno o en el PSOE que los ponga en su sitio y los coloque ante sus responsabilidades presentes e históricas. En el ya comentado caso de esas declaraciones de Felipe González , a los socialistas todavía no se les ha ocurrido colocar al PP y a Aznar ante el espejo de la guerra de Irak y de los miles y miles de muertos entre la población civil inocente. Es inaudito que dejen correr torrentes de palabras y de tinta ofendiendo al expresidente socialista y a su partido en general, y no respondan con las grandes verdades de Irak, de Bush , de Blair , de Aznar. Y es inaudito que permanezcan impasibles ante el inmenso océano de corrupción masiva que rodea al PP sin poner en claro que ese partido tiene que regenerarse y limpiarse antes de presentarse ante los españoles como aspirante a ostentar el Gobierno de la nación.