El PP del año XIII d. R, o sea después de Rajoy , cumple dos años y unas horas desde que llegó de nuevo al poder. Lo hizo en añiles oleadas, alborotando el chaflán más codiciado de Génova (Madrid). Nos pidieron el voto y la palabra, como quien pide una pizca de sal al vecino. Nosotros, el pueblo llano, le dimos el voto y la confianza. Les dijimos que adelante, que en el PP poníamos todas las pesas de la balanza. En aquellos días sin brotes de olivo en la mirada, Rajoy se aferraba al cilíndrico cuerpo de Elvira como un guerrero triunfal que viene de haber batallado en la guerra de los 30 años, exhausto, escuálido, cual garza cominera, más esbelta y afilada su figura. Eran días de alborozo y espíritu festivo para el PP.

En la casa del contrario, el PSOE, comenzaba un desfile de zombies por las calles de todos los pueblos devastados por la marea azul. En el horizonte se atisbaba una masa pegajosa de hombres tristes que días antes ocupaban altos cargos en las aristas de una cosa llamada poder. Aquella hilera negra, constituía un espectáculo típico de la España dolorosa, la España de Frascuelo y de María .

Han pasado dos años de aquél peregrinaje por las densas dunas del destierro político, y alguno continúa vagando en parihuela, buscando alfombra, chófer y coche oficial que le lleve a casa y acabe con esta pesadilla. Bien, pues si estos dos años le han parecido una eternidad, espere a ver los próximos. Lo vivido parecerá un soplo, lo que dura un recreo o el tiempo que se esfuma en cada cigarrillo clandestino. O sea, nada.

Han sido 750 días marcados por la furia, el encono, la ira salpicando el aire de Génova, el olvido desparramándose a chorros por los muros de Ferraz. Una eternidad. Por suerte, hemos pasado el Rubicón y una cierta sensación de alivio nos invade. Rajoy nos agradece la sumisión ante el chaparrón de impuestazos y otros excesos, nos pide un poco más de sal, perdón, de confianza, de paciencia. Un aliño imposible, y no es por falta de ganas o escasa predisposición, es simplemente ausencia de energía. Lo que viene siendo apatía, para entendernos. Cierto es, que quedan por delante otros 750 días, tiempo suficiente para que se nos pase la pájara loca esta que tenemos en lo alto.

YA LES DIGO yo a los políticos que tengan paciencia con el ciudadano que está tranquilo en su mata, que no vayan programa en mano a pedirle nada porque se pueden llevar un tomatazo histórico. Que tengan pelín de confianza en nosotros y no se apresuren a la hora de vendernos todas las lechugas de la huerta. Yo en mi nevera veo brotes verdes todos los días, de hecho es lo único que veo en mucho tiempo, acelgas, alcachofas, coles, espinacas, judías, guisantes y algún calabacín en día de fiesta. Y les voy a contar un secreto, desde hace días vengo observando macizos de flores en mi pequeño jardín. Sí, para que les voy a contar... qué suerte la mía. Tímidos ellos pero macizos.

Y el tesoro me ha nacido porque al igual que hacen los gobiernos, me he dedicado a poner invernaderos. La función principal de un invernadero consiste en proteger el proceso de crecimiento de las semillas y el cultivo de especies más débiles. En resumidas cuentas, un invernadero es un taller para las flores, que además nos permite programar el crecimiento de la planta para cuando nos venga en gana. Dicho y hecho. Venga, a poner invernaderos alrededor de la Moncloa.

Se avecinan dos años de áridas caminatas, lóbregos senderos por el paisaje lunar de la política. Dos años en los que la izquierda empleará todo tipo de estrategia para ganar el pulso de la calle, reavivar el color rojo de sus pálidas mejillas. 750 días por delante para hacer desaparecer del mapa el cuestionado fin de ETA; resolver la lista de la compra de Rosalía , señora de Bárcenas , que sólo en pollería, al mes se gasta 90 euros, un despilfarro en pechugas. Dos años por delante para que a Carma se le acaben los días de sol en Miami; para que Elvira suba a las altas cumbres del chaflán azulado; para que Rubalcaba haga mutis por el foro.

750 días con sus respectivas noches para acudir al confesionario como Solbes y escribir jaculatorias desde la resistencia como Aznar. Da igual lo que hagan pero hagan algo, reaccionen y siembren flores, eso sí, de invernadero, porque serán los únicos brotes que vean en los próximos dos años.