Portavoz del PSOEde Extremadura

Hemos denunciado en muchas ocasiones la hipocresía y las mentiras del PP de Extremadura y en especial de su líder Carlos Floriano. Baste recordar los eventos de la televisión autonómica, el decretazo que pretendió suprimir el PER, el conflicto con la terna de juristas para el Tribunal Superior de Justicia, etcétera. Pero no es el momento de recordar lo que ya pasó, sino de mirar al futuro, o mejor dicho, al presente, y comprobar cómo algunos políticos se han instalado en la mentira permanente, en la falta de respeto al sistema democrático y en la descalificación permanente como instrumento político.

Entrando de lleno en el tema, todos nos hemos sorprendido con el anuncio de que Carlos Floriano será (de hecho ya lo es) senador por la comunidad autónoma, cuando hemos escuchado hasta la saciedad durante la campaña electoral que él nunca se iría a Madrid, que su futuro está en Extremadura y que se comprometía a trabajar al cien por cien por su región. Pero a la primera oportunidad coge la N-V y se marcha a las alfombras del Senado. Una de dos, o ha mentido claramente a los ciudadanos o para el líder del PP Extremadura sólo necesita de su esfuerzo y de su trabajo un par de días a la semana, el resto, se los puede dedicar a buscar titulares en los periódicos de Madrid, como ha dicho claramente.

Esta decisión de Floriano me parece un claro desprecio hacia los extremeños, tanto suyo personal, como de su partido.

Pero más grave me parecen sus declaraciones en el debate de investidura. Aseguró Carlos Floriano en este debate que Rodríguez Ibarra ha ganado las elecciones con mentiras. Esta afirmación en el primer pleno de la legislatura me parece que supone no sólo una falta de respeto hacia el ganador de las elecciones, su partido y los electores extremeños, sino una forma de no aceptar el sistema democrático. Parece como si a la derecha sólo le gustara la democracia cuando ganan ellos, pero si pierden, no les gusta.

Se imaginan ustedes que el PSOE dijera que Celdrán, Saponi o Acedo han ganado las elecciones mintiendo, que la victoria de estos alcaldes no es legítima, que son unos tramposos. En democracia lo más importante es aceptar los resultados de las elecciones y si no se acepta ese principio, lo demás queda automáticamente cuestionado. Descalificarlos es el primer paso para cuestionar el sistema y si se cuestiona el sistema se pueden tener tendencias a buscar otras fórmulas que ya padecimos demasiado tiempo.

Señor Floriano, lo primero que debe hacer, por respeto a Extremadura, es aceptar los resultados electorales, de lo contrario, corre el riego de que ni Extremadura, ni los extremeños le acepten a usted ni a su partido nunca. Porque el extremeño es un pueblo democráticamente maduro, que está de vuelta de aquellos líderes de la derecha que legislatura tras legislatura vienen utilizando el trampolín extremeño para saltar a Madrid, aunque sólo sea como en este caso para levantar el dedo.

Honestamente creo que debe ser muy triste para uno mismo pasar a la historia de su partido por no abrir la boca ni tan siquiera cuando a todas luces lo que pretenden es callársela para siempre.