El concejal de Foro Ciudadano, Felipe Vela (en la foto), lanzó ayer un aviso a la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras: anunció la suspensión del pacto de legislatura que había formalizado con el PSOE y dijo que, a partir de ahora, cada asunto será valorado y, en función del mismo, votará a favor o no. Vela es un hombre hábil: aprieta las tuercas a la alcaldesa; la coloca en una posición precaria; le recuerda que, en cuestión de pesadillas, la cosa puede empeorar porque él mismo puede convertirse en pesadilla, con lo que Heras tendría que lidiar a partir de ahora con dos; por último le hace la peor crítica que se le puede hacer a un gobierno: que no gestiona, que tiene todos los proyectos paralizados. Pero, al tiempo, deja claro que todo no es más que un amago. Y se da plazos: el del 31 de julio para suspender oficialmente el pacto; el de octubre para, si no hay arreglo, romperlo definitivamente...

La actitud de Vela es una buena estrategia para aumentar la tensión y, de paso, reclamar más poder. "La alcaldesa no cuenta conmigo; actúa como si tuviera 13 concejales..." Es decir, poder. La política es así. Es lo que tienen los gobiernos en minoría, que la opción mayoritaria del mismo necesariamente tiene que ceder una parte de poder desproporcionadamente mayor al peso aritmético de los socios.