TEtn un campo de trabajo cerca de Llerena se ha encontrado una fosa con 30 personas que fueron asesinadas por los franquistas. Se van sacando datos a la luz y ya se sabe que fueron arrojadas junto a un arroyo. Quienes han estado allí han podido recoger los testimonios de familiares que llevaban 69 años sin poder llorar por el miedo y la presión social de los vencedores. Durante demasiado tiempo se les negó hasta el derecho al duelo, vieron como familiares y vecinos ni se atrevían a entrar en sus casas por miedo a recibir el mismo castigo. Hoy tienen más de de 80 años y cada noche tienen la misma pesadilla, ese sueño recurrente de que vienen a buscarlos.

Hay quien ve en estas excavaciones una forma de revivir viejas heridas, olvidándose de que personas es ahora cuando tienen la primera oportunidad de saber qué pasó, cuándo ocurrió, quiénes lo perpetraron y por qué los ejecutaron. Es una deuda moral de la sociedad con quienes tuvieron que acarrear la pérdida violenta de un ser querido y la imposibilidad de manifestar el lamento o recibir la solidaridad de los demás. Más que hurgar en viejas heridas, en este caso estamos haciendo la primera cura.

*Profesor