La revista ´Magisterio´, una publicación de prestigio en el mundo educativo, ha elaborado su anual "mapa del fracaso escolar" en nuestro país. El resultado no puede ser más desalentador: casi el 31% de los chicos que tenían que terminar la Educación Secundaria Obligatoria en el año 2006 (último curso analizado) no lo hicieron, alrededor de 135.000. Y es un fenómeno rampante: la tasa de fracaso ha aumentado en España más de 4 puntos desde el año 2000 y, por si fuera poco, el peor dato --es decir, el mayor incremento-- se ha registrado en el último periodo conocido, entre los años 2005 y 2006, que ha crecido el 1,2%.

La publicación, que acusa a la Logse de ser "la causa productora del fracaso", también achaca el mismo a que la segunda legislatura de Aznar supuso una paralización de las medidas contra el fracaso que se habían diseñado en la primera, así como a la sucesión de leyes orgánicas que han elaborado los gobiernos de un signo político y de otro y que han abocado a la Educación en España a la situación de postración en que se encuentra.

El informe recoge que Extremadura ha experimentado una leve mejoría: el índice de fracaso escolar en nuestra región es 1,6 puntos por encima de la media nacional, es decir del 32,4%, pero desde el año 2000 se ha reducido en un 2,2% (un 0,4% entre el 2005 y el 2006). Este descenso es el segundo entre las comunidades autónomas, siendo Murcia la única que obtiene mayor reducción (un 3,1%) que Extremadura. El análisis de la revista ´Magisterio´ recoge otro dato que sobre el que las autoridades educativas regionales deberán reflexionar: los chicos extremeños fracasan mucho más que las chicas. De hecho, el porcentaje ´masculino´ de fracaso es de casi el 41%, más de 3 puntos por encima de la media nacional, mientras que el ´femenino´ es del 23,3% (la diferencia entre uno y otro supera el 17%), por debajo de la media nacional.

En este contexto, en los últimos días la Freapa --la federación extremeña que aglutina a las asociaciones de padres de los centros públicos--, ha vuelto a poner sobre la mesa la dicotomía entre centros públicos/centros privados o concertados. La Freapa se queja de que el aumento de los conciertos en nuestra región, que ha pasado en los últimos años del 18% al 22%, según sus datos, supone "un riesgo" para la escuela pública. La dialéctica escuela pública/escuela privada, tomada en el sentido en que lo hace la Freapa, no parece responder a la realidad. Si de lo que se trata es de que el sistema educativo sea de calidad, la titularidad de los centros no resulta un factor determinante. El propio mapa del fracaso escolar recoge que el País Vasco, que es la comunidad que más gasta en conciertos educativos, registra un fracaso de solo el 17%, mientras que Madrid, que es la segunda en derivar fondos hacia la concertada está solo un punto por debajo de la media nacional en fracaso escolar. Está claro que lo que hace a una escuela mejor o peor no es la naturaleza, pública o privada, de su titular. Nada pone más en peligro la escuela, cualquier escuela, que el fracaso. Ese es el "riesgo" que hay que combatir. Un riesgo que, como se ve, no cesa.