Cuando se habla en referencia a que Francia quiere prorrogar dos años la edad de jubilación habría que tener en cuenta que allí actualmente se jubilan (al menos los docentes) a los 60 años. Allí y en 14 países europeos más. En España es a los 65 (junto con 13 países) pero aquí también queremos ampliar dos años la jubilación, con la salvedad que los españoles seremos 5 primaveras más mayores que los franceses,- cuando estos sean mayores. Esto significa que sí debemos emular a Francia pero para saber cómo mantener un sistema saneado de pensiones jubilándonos a los 62 y no a los 67, ya que esta diferencia de edad demuestra que el problema no está específicamente en los años cotizados, ni la esperanza de vida, ni tonterías varias, está simplemente en la gestión.

Según Zapatero , si quieres jubilarte a los 65, deberás haber cotizado 41 años, pero tal y como está el trabajo para los jóvenes, alguno tendrá que seguir pintando las puertas del cielo a San Pedro para recibir tan ansiado descanso (el único problema es volver a la tierra para disfrutarlo).

Para más alegrías, quieren eliminar la jubilación voluntaria anticipada (que por cierto es a la misma edad que la actual jubilación por edad en Francia y en Portugal). Para el docente, no poder jubilarse voluntariamente puede significar un grave deterioro no solo personal, también educacional e incluso generacional. Personal porque con 60 años y 30 de docencia, lleva acumulado o puede acumular, un considerable desgaste emocional y/o psíquico que sólo el trabajador es capaz de calibrar en su justa medida para saber si está en condiciones de prorrogar su actividad más allá de dicha edad, consciente de la labor que desempeña.

Educacional porque no es lo mismo trabajar con 60 años en Infantil que hacerlo con 65 o con 67, máxime cuando se es consciente de las limitaciones y su efecto, sin embargo, habrá quienes puedan y que además lo hagan a la perfección. Por eso se debiera incentivar la permanencia, pero voluntariamente, como ahora, donde la edad máxima de permanencia son 67 años.

Generacional porque sin jubilación anticipada, con 67 años y 41 cotizados la escasez de plazas para docentes supondrá un drástico tapón para generaciones de graduados, sin contar el personal interino abocado a serlo por lustros o el nulo reciclaje en las plantillas y lógica renovación pedagógica.

Un portugués, un francés y un español, están jugando al anochecer a la petanca. El francés le dice al portugués: "Date prisa que mañana tengo que llevar a mi nieto al colegio". El portugués le contesta: "Y yo a mi nieta". Y el español les dice: "Y que me traigan los deberes de Matemáticas". Una pena, oiga.