Hace ya algunos meses llegó a mis manos un boletín de adhesión para la capitalidad cultural, el cual rellené con mucho gusto y envié a la oficina gestora de la candidatura, pensando en todo momento que con ello estaba contribuyendo de manera anónima al logro de la misma. La cuestión es que sería sumamente interesante que los 1.088.728 habitantes que tiene nuestra región pudiesen manifestar su apoyo con ese simple y nada costoso gesto, lo que complementaría sin lugar a dudas el apoyo firme y decidido que el gobierno de Fernández Vara está dando al proyecto, obviamente intuyendo que la competencia que tenemos con ciudades como Córdoba, sólo puede ser superada con elementos contundentes y valores añadidos insólitos e innovadores, precisamente lo que aporta --a mi modesto entender-- la implicación de todos y cada uno de los habitantes de una región, sus instituciones y todas las entidades que operan en la misma.

Cáceres 2016 en el futuro, al igual que Guadalupe año jubilar en el presente, la propia filosofía de Marca Extremadura o cualquiera otra acción de promoción exterior y de valorización de la identidad extremeña, han de ser apuestas regionales, que sirvan para mantener unido a este pueblo donde la discordia solo causa retraso y desestabilización social, a mi modo de entender malos aliados para la cultura. Por eso, ahora que estamos a tiempo hemos de pensar que si la capital cacereña se beneficia de esta distinción, también lo estarán haciendo Trujillo, Guadalupe, Cabezuela del Valle, el Carrascalejo, Olivenza o cualquiera de nuestros pueblos y ciudades. Por tanto, sería oportuno, y yo diría adecuado, comenzar a implicar a todos los extremeños a extender este proyecto a lo largo y ancho de Extremadura con alguna fórmula participativa y a establecer un consenso global, dejando atrás partidismos, localismos e incluso intereses individuales. Ese ha de ser nuestro punto fuerte, nuestra originalidad y nuestra ventaja frente al resto de candidaturas presentadas.

*Técnico en Desarrollo Rural