Iñaki Gabilondo (SER) pidió que se analizaran las intervenciones en directo de Aznar y de Chirac en sus respectivas televisiones. Josep Ramoneda distinguió: "Chirac no tenía estrategia previa y cuando ha llegado a un punto, el veto, crea una nueva estrategia. Ahora ya apunta que tiene propuestas para después de la crisis, como el mayor protagonismo de los presidentes de los países en la ONU. Aznar no ha cambiado. Dice que los otros tienen intereses y él no. Si no defiende los intereses de los españoles, pues mal, porque para eso le hemos elegido".

Para Eduardo San Martín el problema es que "la resolución 1441 es ambigua. No es que autorice o no el uso de la fuerza, pero ¿quién determina que sí se ha violado? Francia tiene razón: si se acepta que la inspección marca el calendario, hay donde agarrarse, porque los partidarios de la guerra cada vez tienen más difícil rectificar en su decisión". Entró en la precisión Margarita Sáenz-Diez: "Aspirar a una nueva resolución quiere decir que la 1441 no es suficiente para ir a la guerra. Me ha sorprendido la contumacia de Aznar en seguir falseando la realidad cuando habla de mantener el respeto a la legalidad internacional. Eso es lo que hace la ONU". Terció, pragmático, Ramoneda: "Los que quieren ir a la guerra dicen que irán con o sin segunda resolución". San Martín subrayó la contradicción: "Si promueves una resolución y tú mismo te pones esa condición para actuar, no puedes dar marcha atrás si la votación te es desfavorable". Y Gabilondo leyó el título de un artículo: "¡Fuego!, apunten, ¿preparados?". Es el nuevo orden.