TPtues esta España que decimos, tal es como el paraíso de Dios (-) y los valles y los llanos son grandes y anchos, y por la bondad de la tierra y el humor de los ríos llevan muchos frutos y son abundantes (-) La mayor parte de España se riega de arroyos y de fuentes y nunca le faltan pozos (-) España es abundante en mieses, deleitosa de frutas-alegre por buenos vinos, holgada de abundancia de pan-"

Esta fértil tierra, "Complida de todos los bienes" que en tiempos de Alfonso el Sabio , ya se llamaba España, era allá por el siglo XIII según el entusiasta monarca un vergel que todos codiciaban. Hoy es un Estado moderno, tal vez una nación -o muchas-, razonablemente rica, históricamente maltratada por sus habitantes, políticamente dispersa y que hace mucho dejó de ser un vergel. Siglos de explotación ganadera, falta de planificación agraria, abusos ecológicos, agresiones al medio y "pertinaz sequía" han convertido parte de su suelo en un desierto. Y al secular problema de la escasez de agua, fracasados todos los planes hidrológicos, se añade cada verano el tormento del fuego. Año tras año el antiguo vergel pierde hectáreas de monte bajo, de dehesa, de pinares, de cultivos de regadío, de bosques- En Mojácar y Turre, arde la Sierra de Cabrera y sus llamas lamen hasta la orilla del mar, se abrasa Teruel en más de diez incendios ante el llanto y el pavor que provoca su cercanía a un depósito de gas, en Soria y Zaragoza el fuego detiene a los trenes, en Cuenca, La Rioja, Navarra, Alava, Burgos y Valencia, España se quema un verano más y los incendios amenazan tres cuartas partes de su territorio. En Horta de San Juan y norte de Aragón el infierno devora todo lo que halla a su paso, incluidos los valientes que se inmolan por proteger las casas, las tierras y las vidas de los demás. Honor a estos héroes, que con desprecio de sus vidas combaten el fuego que Prometeo robó para los hombres, don precioso y maldito, dueño a la vez de la belleza y el horror.