Hemos leído con atención, además de difundido en nuestras redes sociales, su artículo del lunes 4 de febrero de 2019 en la sección La atalaya de La Crónica de Badajoz y El Periódico Extremadura.

En primer lugar, queremos agradecerle su interés por nuestra casa y por las cosas que acometemos; en este caso, la construcción de un edificio dedicado a la ciudad de Badajoz y a la acción social y cultural.

Dicho lo anterior, por la repercusión que sus palabras puedan tener, debemos de aclararle algunos puntos sobre los que usted siembra dudas. Vayamos por partes.

Comencemos por nuestro nombre, no virtual, que es el de Fundación Caja Badajoz, estando muy orgullosos de ser el siguiente paso de la evolución de lo que fue la Obra Social de Caja Badajoz; una evolución que, lógicamente, tiene su propia impronta.

Continuemos manifestándole que no es nuestra forma de trabajar la de destrozar lo existente; todo lo contrario: entendemos que los pasos que estamos siguiendo en todo lo relacionado con el proyecto de nuestro futuro edificio está siendo extremadamente respetuoso con la ciudad y los ciudadanos.

Por ello, hasta la fecha, hemos realizado del solar estudios geotécnicos, topográficos y arqueológicos. Este último en forma de unas catas que en los próximos días serán ampliados con una excavación en extensión. Todo ello bajo la dirección de expertos profesionales y la supervisión de la Dirección General de Bibliotecas, Museos y Patrimonio Cultural de la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Badajoz.

Por tanto, realizar comentarios sobre la opacidad, el amaño de un concurso de arquitectos o el dirigismo de un alcalde, no parecen lo más riguroso ni lo más sensato en la pluma y la palabra de una persona que se dedica a la defensa y difusión del patrimonio histórico artístico.

Le invitamos a visitarnos, a informarse, a preguntarnos lo que desee; para luego, con su total independencia, escribir sobre todo lo que ha conocido. No sobre supuestas y mal informadas ideas que usted imagine.

No queremos ni buscamos el aplauso fácil de la gente; en este caso, de usted. Pero sí demandamos que se informe (nuestras puertas siempre están abiertas a la gente) y respeto cuando se hable de nuestras cosas, para que no parezca que sus batallas con determinadas personas o instituciones tienen su repercusión en instituciones ajenas a ello.

A la espera de su visita, reciba un cordial saludo