Escritor

Acudimos los patronos de la Fundación Delgado Valhondo a la llamada del notario Soto en la ciudad de Olivenza, y como siempre Salguero hace las veces de perdiguero de Jesús Delgado Valhondo buscando el año en que fuera escrito un poema en homenaje del doctor Sánchez, con el que Jesús se encontraba de vez en cuando en la trastienda de La Alianza durante la última etapa del franquismo en que la cultura se vivía intensamente. No, no quiero amargarle la vida al consejero de Cultura, que me consta se desvive con todo el mundo sin distinción de peinados. Todos entran para este padre amoroso, que promete y promete y además cumple. Leo la novelita de Liborio Barrera y quien sabe si tenemos otra vez a Prust redivivo entre los pliegues del Periódico Extremadura. Jesús era así también, daba la teta como un ama de cría. Para todos tenía leche. A mi me la dió con tal abundancia que lo mejor de mi se lo debo a él. Por dar daba hasta leche merengada.

Están sus hijos todos, incluida Gloria, que era un amor ya imposible, con un novio que tenía y tiene y ama, que parecía uno de los tres mosqueteros. Después Jesús se ha reencarnado en su hija más pequeña, Sofía. Sus hijos mayores José María y Fernando. Los pequeños: Jesús y Felipe, que este tiene aspecto de inventar algo importante. Aparece el gran pintor Naranjo, que viene glamuroso de darse pelijoven. Eduardo ha triunfado tanto, que lleva botines. Y cómo no, la cabellera blanca de su versos, que eso es Zambrano el poeta. Y hasta aparece ese bien de la Creación que es Mari Sol Higueras, antítesis de la Eva descarada y provocadora. En su adolescencia los jóvenes la seguían por Madrid creyendo que era una aparición en tiempo de sequías.

Yo estampo mi firma y estoy emocionado que se haya contado conmigo. Joaquina lo disimula pero está emocionada. Es la madre coraje de la reunión, la que fue robándole tierra al mar, y la que ha unido las tierras para que pudiera pasar este tropel comandado por Angel Sánchez Pascual, que nos sigue desde si virreinato creo que en Berna, si no me equivoco. Vamos a ver si parimos bien.