TPtlantear un modelo energético para España significa sentar las bases del desarrollo futuro de nuestro país, porque la energía es parte sustancial de nuestro tejido económico y social y por lo tanto las decisiones que se tomen o no, afectarán a nuestro futuro económico.

En la actualidad España depende en un 81% aproximadamente de las importaciones para satisfacer el consumo energético mientras que la media europea se sitúa en el 52% por lo tanto nuestro futuro va unido a la reducción de esa dependencia. Aunque la gran pregunta es el cómo.

La energía nuclear en España aporta un 18% de la electricidad que consumimos y si tomamos como referencia el horizonte 2030, una configuración equilibrada para España podría estar compuesta por un tercio de nuclear, un tercio de térmica y un tercio de energías renovables. Porque todo apunta a que antes del 2045 las energías supuestamente más limpias no estarán a pleno rendimiento.

Por tanto, es necesario contemplar un escenario de transición. Para lograr ese objetivo es necesario mantener funcionando las centrales nucleares actuales y construir entre siete y diez nuevas unidades reduciendo así el gran peso del gas en la producción eléctrica.

La dependencia del gas de nuestro país es grande y concentrada en áreas geopolíticas que dejan a España en una delicada situación en términos de seguridad energética. Para hacernos una idea nuestros principales suministradores de gas son países como Argelia, Nigeria, Trinidad y Tobago.

Otra de las medidas es la de poner en España refinerías de petróleo, o ampliar las ya existentes, la explicación es que producimos mucha gasolina y poco gasóleo, pero se consume más gasóleo que gasolina, para hacernos una idea en diciembre de 2008, el 46% de los productos petrolíferos que importa España son gasóleos.

El debate sobre el sector energético de España deberá tratarse de forma urgente, al margen de ideologías, tomando como referencia la garantía del suministro, el desarrollo de infraestructuras para el transporte y la estabilidad de la red, así como los avances tecnológicos en la investigación de nuevas fuentes energéticas, la lucha contra el cambio climático y el ahorro energético. Y recuerda- la mejor energía es la que no se consume.