Hay cosas que suceden en la vida que no se sabe si son para bien o para mal, quiero decir, inmediatamente acontecen no hay duda que son una mala jugada, desagradable y decepcionante (eufemismos), pero que con el tiempo sus consecuencias son lo contrario, es decir, aunque parezca paradójico y contra todo pronóstico, esa mala jugada produce un efecto no esperado. Aún así, intuyendo y deseando lo positivo (en el tiempo) de lo negativo (inmediato), no por eso dejan de ser malas jugadas, premeditadas y programadas, y por tanto, no podemos olvidarnos de denunciar lo que es reprochable e inmoral, aunque sólo sea, que ya es mucho, por aquello que decíamos cuando éramos niños: "Por mí y por todos mis compañeros, y por mí primero". Hablando de niños, Amartya Sen en el prefacio de su nuevo libro La Idea de la Justicia , cita a Charles Dickens : "En el pequeño mundo en el cual los niños viven su existencia no hay nada que se perciba y se sienta con tanta agudeza como la injusticia". Y a continuación señala "Pero la fuerte percepción de la injusticia manifiesta se aplica también a los adultos". Pues "La justicia guarda relación, en última instancia, con la forma en que las personas viven sus vidas y no simplemente con la naturaleza de las instituciones que las rodean". Debemos abrir muy bien los ojos, retomando el concepto de Fascismo Social de Boaventura de Sousa Santos : "Entiendo por fascismo social un conjunto diverso de relaciones extremadamente desiguales de poder y capital social a través de las cuales los más fuertes adquieren un derecho de veto sobre la vida, la integridad física --en resumen, la supervivencia-- de los más débiles, a pesar de que operan en relaciones entre partes formalmente iguales". Corre más el galgo que el mastín aunque si la carrera es larga corre más el mastín que el galgo.