Esta mañana al saludar a mi vecino Martín, que ya es persona octogenaria, me ha respondido con una frase tan cierta, tan rotunda, y teñida de cierto excepticismo que no me ha dejado indiferente. Martín es hombre de pueblo, como casi todos los que vivimos en Cáceres, quiero decir que no hemos nacido ni nos hemos criado en la capital. Martín es también hombre cabal, correcto, siempre va bien vestido y su aspecto es alegre y jovial a pesar de los años. Martín posee esa sabiduría popular y filosófica de las personas sencillas pero de pensamientos profundos. Trasladándonos y volviendo al principio de esta historia, al darle los buenos días a mi vecino y preguntarle que tal estaba, me contestó, «bien, echando días pa trás». La respuesta me dio para pensar un rato mientras caminaba absorto y meditativo hacia el consultorio médico que era hacia donde me dirigía. ¡Como todo el mundo, echando días pa trás!, pensé. La respuesta aunque pueda parecer simple a primera vista, lleva en sí una gran carga filosófica sobre algo tan universal como es el irremediable paso del tiempo, sobre la conciencia que el ser humano tiene de su existencia y su proceso vital. De la nada venimos, «echamos días pa’trás» y a la nada volvemos, y ese ser conscientes de nuestra existencia es lo que nos diferencia de los otros seres vivos; esa es nuestra seña de identidad, nuestro emblema, nuestra ventaja respecto a los seres no racionales y también nuestra tragedia.

OFTALMÓLOGO CACEREÑO

Agradecimiento al doctor Manuel Pacheco

Pepe Extremadura

Cantautor. Cáceres

En contra de mi voluntad me he visto obligado a pasar de nuevo por el quirófano por problemas de visión y afortunadamente todo ha salido tal como estaba previsto, o sea, bien. De paso aprovecho la ocasión para felicitar y reconocer la extraordinaria labor que realiza el servicio de Oftalmología del nuevo Hospital de Cáceres, con el doctor Manuel Pacheco a la cabeza, el cual, junto a su ejemplar equipo, consiguen que el paciente se encuentre tranquilo y seguro durante la intervención y eso siempre es digno de agradecer. Aparte de su profesionalidad y excelente trato humano para con el enfermo, por eso hay que decir alto y claro que Cáceres tiene el honor y el privilegio de contar con el mejor equipo de oftalmólogos de Extremadura. Es una suerte para los cacereños poder contar con sus conocimientos y su buen hacer, principalmente para bien de nuestra salud. Solo aquel que tenga problemas de visión podrá comprender en su justa medida el significado de mis palabras.

Por otro lado, añadiré que si podemos presumir de que en este bendito país llamado España tenemos la mejor sanidad pública del mundo es gracias a los excelentes profesionales que la componen. Por eso médicos como el doctor Manuel Pacheco, con su inestimable labor callada, abnegada y entregada a los demás, dignifican tan necesaria y ejemplar profesión.

LEY DE LIBERTAD SEXUAL

El coqueteo también es acoso

Jon García Rodríguez

Bilbao

Aprovechando que la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha querido ponerse excesivamente puntillosa la hora de elaborar el anteproyecto de Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, cometiendo un exceso de celo, hasta el punto de querer tipificar como actos punibles los piropos y los sucedáneos de estos con penas que no son precisamente baladí, debería, ya que está en ello -en castigar gestos cicateros que ofenden- observar las actitudes que tienen algunas féminas en sus puestos de trabajo y actuar en consecuencia. Por ejemplo, ¿quién no ha tenido alguna vez en su trabajo una compañera y ha observado que, a través de la seducción y el coqueteo con el jefe, esta conseguía sustanciosas prebendas? -léase los mejores horarios disponibles, ascensos inmerecidos o cualquier otro pus laboral que se creó «ad hoc» para ella. ¿No podría ser considerado este hecho como un «acoso sexual reiterado» y castigarse como tal, con una pena de tres meses a dos años de prisión, que es la que a mí me caería si intento ligarme de esa frívola e ímproba manera a mi jefa?