XAxdiós a los rodillos. A una forma de entender la política que solamente pasaba ya por rendir cuentas con la historia. Llega la hora de administrar las mayorías. De escuchar. Y será de la mano del PSOE. Es el momento de ejercer la pluralidad en sabias dosis para acercar el sentir de un electorado que ha optado por el cambio drástico ante una forma de gobernar que no miraba ya hacia los lados, sólo de frente y sin reparar en verdades relativas.

Ha habido desgarros emocionales de por medio, una campaña electoral rota por las bombas y la muerte, hasta el punto de que ha sido la primera vez en democracia que los ciudadanos acudimos a votar con tristeza, incluso con ira, pero, con su victoria, Rodríguez Zapatero abre la puerta de ese cambio tranquilo que, de momento, a buen seguro creará más expectación que sosiego. Sin duda, esa puerta se abre. Y se abre también para Extremadura y para todos los extremeños, hayan votado socialista o no en la jornada de ayer. Por una sencilla razón: en Madrid habrá un gobierno amigo. De entrada, eso es lo que se supone, incluso entre los más descreídos.

Y con ese casi histórico nivel de participación alcanzado, nuevamente por encima de la media nacional, el PSOE ha dado un vuelco a los resultados de las anteriores generales también en esta comunidad autónoma, superando más de la mitad de los votos escrutados y situándose casi diez puntos por encima de los populares de Carlos Floriano , un joven líder al que sin duda le esperan días amargos que ni sus más próximos sabrán edulcorar. Al otro lado de la foto fija de la noche electoral, un Rodríguez Ibarra pletórico, sabedor de los compromisos adquiridos por el seguro próximo presidente del Gobierno con esta tierra.

La lista no es interminable, pero la jerarquía de prioridades obliga a situar en los primeros puestos ese auténtico plan especial de empleo, tan necesario como urgente. Lo recordó ayer mismo el presidente de la Junta en su comparecencia, al tiempo que enumeraba, por el manual, otros proyectos pendientes que más referencia hacen a plazos de ejecución que a iniciativas ya en marcha, sobre todo en lo que atañe a infraestructuras. Ojalá el nuevo Gobierno salido de las urnas se quede corto con las promesas electorales y largo con los hechos a la hora de mirar hacia Extremadura. Por eso ganó Rodríguez Zapatero . Y por eso ganará Extremadura.