Ya he manifestado en otras ocasiones cómo nunca olvido cuando era pequeña y veía con gran crueldad a aquellos animales que dejaban a su suerte a las crías más débiles y solo las más fuertes las sobrevivían. Siempre me hacía pensar cómo la civilización había creado mecanismos de protección que marcaban la diferencia entre los animales y las personas.

A veces, tengo serias dudas si en el furor del debate político hay quienes pierden el objetivo primordial de la igualdad, de la solidaridad.

Esta semana en la Asamblea de Extremadura hemos celebrado un pleno monográfico sobre financiación autonómica.

El artículo 138 de la Constitución Española reconoce la solidaridad entre las Comunidades Autónomas. Principio y esencia de un Estado.

Actualmente, existe la necesidad de remodelar un sistema de financiación autonómica que no cumple el objetivo de un reparto justo entre ellas. No se trata de entender esta remodelación como una lucha entre territorios, entre Comunidades Autónomas, sino algo mucho más sencillo, garantizar por igual el Estado de Bienestar para todos los españoles independientemente de donde residan. Los lugares, los territorios, no tributan, lo hacen las personas.

Parecería lógico, por tanto, que los compromisos de financiación deban extenderse a todos los servicios públicos y no sólo se proponga la financiación de los servicios básicos (educación y sanidad) ¿Qué sucedería con la vivienda o la cultura o el medio ambiente, por ejemplo? La condena a la desigualdad más absoluta entre territorios.

Cuando los métodos y los criterios son rigurosos y transparentes se evitan las falsas hegemonías de aquellos que en algún momento han tenido la tentación de hablar de Comunidades Autónomas que subvencionaban a otras. La igualdad de Estado es la que debe reinar, por eso, hay que evitar las carreras entre las diferentes regiones, como indicaba maravillosamente Blanco-Morales, por eliminar impuestos que rompen los servicios sociales y crean injustos paraísos fiscales en nuestro territorio.

Es curioso que ante un debate tan importante para Extremadura, donde se juega el bienestar de todos, hay quien haya preferido no abordarlo, alejarse hacia pasillos de la política poco recomendables para no acabar diciendo nada, ¡qué pena! Por suerte, solo fue el Partido Popular.

Ayer primó la defensa de los extremeños y sus derechos, la solidaridad y la igualdad.