Me siento dolida, discriminada e indignada al saber por los medios de comunicación el auto de imputación del Tribunal Supremo contra el juez Baltasar Garzón, fallando a favor de la querella presentada por una asociación que se hace llamar Manos Limpias . Este juez, que está defendiendo la dignidad de nuestros padres que yacen con sus manos limpias en minas, fosas, barrancos- que fueron víctimas de la represión franquista, que no fueron reconocidos y que gracias a él podríamos enterrarlos sin impedimentos, será cabeza de turco.

Mi desprecio a la decisión del Supremo; mi adhesión y agradecimiento al juez Garzón, y ¡Justicia! Cuántas querellas quedamos sin presentar por muchos casos reales de criminalidad, que no hubieran sido admitidas, claro, y que en 73 años de sufrimiento no podamos --por justicia, qué menos--, recuperar sus restos.

Conchita Viera Nevado **

Valencia de Alcántara