La declaración, el 23 de julio, de constitución del Geoparque de Villuercas- Ibores-Jara en la comarca homónima es posiblemente una de las más justas y obvias si tenemos en cuenta el acuerdo generalizado de que nos encontramos ante un paisaje geológico de singular belleza. Aquí la naturaleza ha dispuesto, serranía tras serranía, parajes cargados de armonía donde los riscos y los valles dejan espacios para gargantas, cuevas y bosques que ocupan a biólogos y geólogos y asombran a los visitantes.

En las definiciones de geoparque avaladas por la Unesco encontramos que se trata de territorios que cuentan con un patrimonio geológico de indudable valor científico y estético en el que se pone en marcha una estrategia de desarrollo sostenible. Debe conjuntar además intereses arqueológicos, históricos y culturales. Estas características están sobradamente dispuestas en las Villuercas, los Ibores y La Jara. Su relieve apalachense le hace destacarse como uno de los más antiguos de la península. Pero, además ese relieve le permite presentar una profusión de sitios geológicos de gran interés: la cueva de Castañar, el estrecho de la Peña, el Sinclinal del Guadarranque, rico en icnofósiles, el Anticlinal del río Almonte o el Portillo y Pliegue geológico en el mismo río, el Paleocauce de Deleitosa, el Anticlinal del río Ibor o las Rañas de Cañamero y una relación de paisajes de nombres ensoñadores como el Valle del Guadalupejo, el Barranco de Valdegracia, el Desfiladero del Ruecas o las Marmitas de Gigante. Se encuentran también abundantes muestras de antiguos pobladores que dejaron su huella pictórica en las cuevas y abrigos del Valle del Ruecas en los términos de Berzocana y Cañamero, o factores culturales que históricamente han dejado huellas industriales en la minería o elementos tan importantes como la arquitectura mudéjar y el Monasterio de Guadalupe. Como en toda Extremadura, las propuestas de desarrollo sostenible han tenido aquí buen acomodo basándose en las propuestas locales y en las que como en este caso se impulsan desde la Diputación de Cáceres.

Sobre este territorio todas las administraciones en colaboración con las empresas de la comarca y con la Universidad de Extremadura nos hemos comprometido a desarrollar una estrategia de geoturismo, poniendo en marcha estructuras de participación y de decisión. Y nos preocuparemos de desplegar un programa de conservación de ese patrimonio profundizando en el conocimiento científico y en su proyección educativa.

El Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara es un resultado del Plan de Dinamización de Producto Turístico que, bajo la responsabilidad de la Diputación de Cáceres, se ejecuta en estas comarcas con el apoyo de la Mancomunidad, del Grupo de Acción Local, de Turespaña y de la Junta de Extremadura, estas dos últimas instituciones cofinanciadoras del mismo. Es una iniciativa que busca la complicidad de las empresas turísticas, las de restauración y hostelería o las del comercio local y la artesanía a las que se dirigirá una buena parte de las inversiones de manera que puedan adaptarse a los manuales de calidad que sin duda exigirá este producto turístico. En este sentido se pondrá en marcha el Club de Producto Geoparque siguiendo la metodología y el camino emprendido por Turespaña de manera que puedan proponerse líneas de comercialización turística conjunta para los cinco Geoparques de España.

Quisiera dejar aquí una muestra de las inversiones que constituirán los recursos del Geoparque: se levantarán centros de acogida e información en Cañamero y Navalvillar de Ibor, Centros de Interpretación en la Mina Constanza de Logrosán, que podrá visitarse montados en vagoneta, o en La Calera en Alía y un Museo Arqueológico en Berzocana. Se adecuarán los senderos en la naturaleza y se acompañarán de la señalización y la interpretación que permita su comprensión. Y se complementará con argumentos culturales, botánicos, ornitológicos, artesanales y gastronómicos. Finalmente la Universidad de Extremadura prestará su colaboración con los estudios científicos y las unidades didácticas que nos permitan incorporar facetas de turismo científico y educativo.

El Geoparque es un premio para esta comarca que ha sabido conservar ese patrimonio, para sus habitantes que pueden hacer de esta denominación un punto de apoyo más para el crecimiento y para el empleo. Pero también es un premio que nos damos los extremeños y las extremeñas para el futuro, un camino respetuoso de aprovechar de una manera inteligente el patrimonio natural con fines económicos, científicos y educativos. Villuercas Ibores Jara no es el único argumento geológico en Extremadura pero es el que mejor representa todos los valores conjuntos que la Unesco reconoce y valora. Por eso es un Geoparque para Extremadura.