Sus padres llegaron a España desde Argentina huyendo del régimen militar de Videla . Mucho ha cambiado desde entonces. El gimnasta Gervasio Deferr (Barcelona, 7 de noviembre de 1980) ha vuelto a ser uno de los privilegiados, como hace cuatro años en Sydney, que ha saboreado el oro olímpico.

Un porro en una fiesta de adolescentes le costó una sanción en el intervalo de los cuatro años, entre gloria y gloria. Llegaron a decir de él que su carrera había terminado. Pero no. Resurgió cual ave fénix y, pese a que falló en el primer intento de medalla en Atenas, el lunes sorprendió con un ejercicio de oro.

Iba para nadador, pero Deferr se pasó a la gimnasia a los seis años, al abrigo de la factoría del Centro de Tecnificación de la Federación Catalana. Sus condiciones ya apuntaban muy alto. En San Cugat y en Madrid completó su progresión hasta llegar al equipo nacional en 1995. Las lesiones no le echaron para atrás en su persecución del olimpo particular y ya destacó con la selección en distintos eventos hasta que llegó su explosión final en los Mundiales del 99 en China, en el que fue campeón en la final de suelo. A la sombra del también laureado Jesús Carballo , Deferr ha terminado confirmando su excelente clase donde hay que hacerlo.

JOSE MARIA ORTIZ