David Fernández Ureña , natural de Bilbao y sargento del ejército español, murió en Afganistán. Repatriaron su cadáver y se celebraron honras fúnebres militares en la base de Sangenís en presencia de sus allegados, sus compañeros, el ministro de Defensa y el príncipe de España. En un helado domingo invernal le rindieron el hermoso homenaje castrense, el capellán rezó por él, habló de su sacrificio, su entrega a la causa de la libertad, su talla heroica y su perdurable recuerdo, pues los héroes nunca mueren y sus actos quedan en la memoria eterna.

Y en esa fría mañana de enero de un año que el joven no podrá ya vivir, en el que ya no amará a su mujer, ni será por ella amado, ni volverá a su cuartel porque su comportamiento valiente le ha costado la vida, no se conmovieron lo suficiente las entrañas del flemático presidente español que no acudió al necesario homenaje rendido entre lágrimas y serenidad al que muere por su patria.

Rajoy retrató su relación íntima con la milicia cuando le pillaron hablando del "coñazo del desfile", siendo jefe de la oposición. Escribí entonces que aunque no cantara por las esquinas "banderita tú eres roja banderita tú eres gualda", debería pedir perdón por su impostura. La verdad es que el presidente apuntaba maneras. Puede que la prima de riesgo haya bajado porque él ha faltado a muchas de sus promesas. Tal vez fuera un peaje indeseado pero ineludible. Mas la gran política está hecha también de gestos y sensibilidad. Y hubiera sido gesto digno y procedente que presentara sus respetos al nuevo militar caído y en él a todo el ejército español.

¿Qué había en su apretada agenda para que Rajoy, que seguro va a Misa, no la oyera el día 13 en honor del joven soldado y en el cuartel español donde él servía? ¿Tan cansado está, tan preocupado, ocupado, en las nubes, distante, indiferente al dolor de los que no defraudan? No sé si es galleguismo, táctica del avestruz o pereza de domingo invernal. Pero gobernar no es solo contener el déficit. Y hay cosas grandes y nobles de las que no se puede pasar.