Iñaki Gabilondo (SER) relató la muerte de periodistas en Bagdad y recordó que la Convención de Ginebra de 1949 considera a los periodistas como civiles --no pueden llevar armas-- a los que se debe proteger. José María Ridao fue más lejos: "Hubiera sido ´trágicamente´ mejor que se hubiera tratado de un error. Decir que el hotel era un objetivo de guerra es grave. Si un contendiente, una vez que ha disparado, dice que eso era un objetivo de guerra, la Convención de Ginebra no sirve para nada". Alberto Surio previno que "la retransmisión de la guerra nos acerca a la tragedia, pero también se corre el riesgo de banalizarla. Con los trágicos sucesos del hotel podemos poner nombres y apellidos al drama". A Gabilondo le quedaban más dudas: "Me pareció oír que el ministro Trillo dio a entender a los periodistas que es mejor que vuelvan para que no los utilice Sadam". Hubo acuerdo en que eso era "perverso" y Joaquín Estefanía fue más duro: "Hay que exigir una investigación. Algunos periódicos dicen hoy a las claras que hay un intento de evitar testigos. Y hay una contradicción entre lo que dice Trillo y lo que dicen todos los periodistas". Ridao le apoyó: "Se añade otro potente indicio de lo que podría ser el comportamiento de las tropas que están en Bagdad. Pero el dilema moral de los periodistas, que dicen que si se van de Bagdad el asalto final sería mucho más grave, no lo tiene el Gobierno. Y como el Gobierno español es ´cosignatario´ del acuerdo de las Azores, ahora debe preocuparse mejor por la protección de todos los civiles que están en Bagdad, incluidos los mismo iraquíes".