WEw l presidente José Luis Rodríguez Zapatero presentó ayer su nuevo Gobierno, adelantado en su totalidad por este diario en su edición del sábado, que es una mezcla de continuidad y de guiños progresistas. Continuidad porque el núcleo duro --los dos vicepresidentes y los titulares de Interior y Asuntos Exteriores-- no cambia, porque los ministros nombrados en la última crisis, de julio del 2007, siguen --Bernat Soria, en Sanidad; César Antonio Molina, en Cultura, y Mariano Fernández Bermejo, en Justicia-- y porque las caras nuevas se limitan a cinco de los 17 miembros del Gabinete.

Donde se nota un nuevo impulso político es en el acento que se pone en determinadas áreas que marcan la agenda del nuevo siglo y que, sin embargo, no tenían reflejo en los organigramas oficiales.

Así, el extremeño Celestino Corbacho, afincado en Cataluña junto a su familia desde su juventud, es el titular de Trabajo, al que se añade ahora el segundo apellido de Inmigración; se crea un Ministerio para la Igualdad, con la jovencísima Bibiana Aído como titular, que por ciento es la ministra más joven en la historia de la democracia y la única nacida tras la muerte de Franco; la cartera de Medio Ambiente se vincula a la agricultura y a la pesca, así como a la batalla contra el cambio climático, y al Ministerio de Ciencia se le suman las competencias sobre Innovación. Es decir, el presidente trata de impulsar un conjunto de políticas modernizadoras.

Uno de los nombramientos más llamativos es el de la catalana Carme Chacón, que se ocupará de la cartera de Defensa --un hito histórico y que ha sido valorado de manera desigual por los representantes de los militares--, al que se une la llegada del hasta ahora alcalde de Hospitalet, Celestino Corbacho, al Ministerio de Trabajo e Inmigración, con lo que Zapatero premia el gran ascenso en número de votos de los socialistas catalanes.

Una de las cuestiones más controvertidas es la continuidad de la andaluza Magdalena Alvarez en el Ministerio de Fomento. Alvarez no gestionó adecuadamente la llegada del AVE a Barcelona e incluso en un momento fue apartada de la primera línea de decisiones de ese proyecto. Por ello, se entiende que Zapatero le quiere dar una segunda oportunidad para corregir errores en la gestión de infraestructuras básicas.

El presidente Zapatero, más curtido ahora que cuando llegó a la Moncloa hace cuatro años, ha diseñado un equipo a su medida para afrontar la IX legislatura, que sin duda estará marcada por los problemas económicos. Y ha subrayado su liderazgo al ponerle al Gobierno dos significativas muletas: José Antonio Alonso en el Congreso y Jesús Caldera, el gran sacrificado del anterior gabinete, en el laboratorio de ideas del PSOE.